Si empezamos a hablar de historia, los estadounidenses llegaron a Afganistán a finales del 2001 después de que George W. Bush Jr. declaró la guerra contra el terrorismo. Desde entonces el contingente militar de EE.UU. unido a una pequeña parte de los estados miembros de la OTAN han crecido a más de cien mil personas. En total en 12 años de guerra a través de Afganistán han pasado medio millón de soldados estadounidenses. Sin embargo, la coalición no ha logrado con éxito acabar con la resistencia de "Al Qaeda" y de los "talibanes". Por otra parte, por destrucciones de aldeas pacíficas, torturas y asesinatos de civiles sospechosos de haber participado en actos de terrorismo, los estadounidenses han indispuesto contra sí a la población local.
"La tarea principal de garantizar la seguridad no fue alcanzada. La lucha contra el terrorismo no tuvo éxito", resumió hace tres años el presidente afgano, Hamid Karzai.
Por lo tanto, la anunciada retirada de las fuerzas estadounidenses de Afganistán no es el regreso de triunfadores, sino una retirada vergonzosa. Así que los estadounidenses quisieran "irse pero quedarse" por si en cualquier momento se podría hacer un nuevo "despliegue operativo". Para esto se necesita cumplir con algunos trámites, precisamente persuadir a las autoridades oficiales afganas a firmar un acuerdo, según el cual en el país debe permanecer un contingente de diez mil personas del Ejército de EE.UU.
Karzai está dispuesto a firmar tal acuerdo sólo si los estadounidenses se comprometen a mantener la integridad de los domicilios de los ciudadanos, terminar las operaciones militares en el territorio de los objetos poblados, devolver a su patria a los afganos de la cárcel de Guantánamo y finalmente cerrar los campos de concentración para los sospechosos de terrorismo en el país..
Sin embargo, en la Casa Blanca no están acostumbrados a que les pongan condiciones. Estamos hablando de un estado donde los soldados de "franjas y estrellas" llevan un largo tiempo sintiéndose como dueños absolutos del mundo.
Por lo tanto, hoy en día los expertos están convencidos de que los estadounidenses deseando quedarse en Afganistán en sus propios términos, se van a hacer de las suyas, actuando como solo ellos mismos lo saben hacer, siendo sí mismos o mediante el control por grupos islamistas, entre ellos, aquellos relacionados con los "talibanes".
El año pasado Karzai varias veces daba a entender de la posibilidad de tal escenario. Por ejemplo, en marzo, dijo que los estadounidenses están tratando de intimidar a los afganos y los ataques de suicidas se cometen para que los afganos pidieran la continuación de la presencia de las tropas extranjeras. Esta declaración fue hecha por la televisión afgana después de dos explosiones que mataron a 19 personas. En aquel entonces fue la primera vez que Karzai dijo que los estadounidenses están colaborando con algunos grupos insurgentes que cumplen con las órdenes de Estados Unidos. Por otra parte, el líder afgano dijo que los representantes de los talibanes y los diplomáticos estadounidenses "todos los días están negociando en el extranjero". Sin embargo, él deliberadamente se negó a reunirse con el jefe del Pentágono. Al mismo tiempo el asistente de Karzai le dijo a la agencia Associated Press que Kabul sospecha de los actos terroristas por parte de miles de combatientes preparados por la CIA conocidos como "las fuerzas afganas de contraterrorismo" (Pursuit Team).
El resto del año se realizaron peleas verbales, las relaciones entre Kabul y Washington empeoraban, el tema de la firma del acuerdo no se ha adelantado. En enero, una nueva oleada de violencia contra la población civil de Afganistán, de hecho, llevó a una ruptura abierta entre los "aliados". Inmediatamente después del Año Nuevo en la provincia de Helmand los marines estadounidenses mataron a tiros a un chico de cuatro años. Unos días más tarde las fuerzas aéreas de "franjas y estrellas" bombardearon una zona residencial matando a siete niños y a una mujer. Al día siguiente un incidente similar ocurrió en Kandahar. Tres jugadores de fútbol afgano murieron y cuatro resultaron heridos tras un ataque con cohetes por parte de las posiciones estadounidenses. Una semana después en la provincia de Laghman un desconocido en la cancha de voleibol mató a cinco escolares, pero este evento fue el colmo, el terrorista actuó estrictamente de acuerdo con las enseñanzas radicales islámicas que prohíben los juegos deportivos lo que hace pensar que los estadounidenses no estaban involucrados. Sin embargo, los representantes de los "talibanes" negaron su participación en el ataque lo que era muy extraño. Por lo general toman públicamente la responsabilidad por sus crímenes.
Fue entonces cuando el representante de la administración de Kabul expresó la opinión del presidente del país de que detrás de estos y otros ataques en Afganistán no están involucrados los fundamentalistas islámicos sino "los servicios de inteligencia extranjeros." "Por una serie de ataques terroristas en Kabul y otras áreas involucradas en la inteligencia extranjera, tenemos pruebas irrefutables" - dijo Ajmal Faizi. Según sus palabras, el 17 de enero, agencias de inteligencia extranjeras organizaron un ataque militante en un restaurante libanés en Kabul, en el que murieron más de 20 personas.
La mayoría de los testigos inicialmente asumieron que estaba involucrado el Pakistán vecino que a menudo es acusado de ayudar a los talibanes. Sin embargo, los funcionarios afganos se apresuraron a explicar que deliberadamente se explicaban de una manera difusa lo que demostraba una posible participación de EE.UU. El funcionario dijo que de acuerdo con el gobierno afgano, "los ataques similares al cometido en el restaurante son demasiado complejos para ser el trabajo de "los talibanes".
"Karzai expuso sus sospechas en una lista lo que muestra que el gobierno de EE.UU. ha organizado docenas de este tipo de ataques tratando de fomentar la inestabilidad en Afganistán", escribe el diario The Washington Post. Una fuente del periódico dijo que el presidente comenzó a llevar esta lista hace unos años escribiendo en ella los "incidentes sospechosos" que señalan la implicación de Washington. Particularmente aumentaron este tipo de incidentes el año pasado. En particular se trata de un ataque de desconocidos a la oficina del Ministerio de Justicia en Kabul y al palacio de justicia en la provincia de Farah donde murieron 50 civiles.
Fuera lo que fuera, en una reciente entrevista con el Sunday Timesbritánico el presidente afgano, Hamid Karzai admitió que él no veía nada bueno en la presencia del contingente militar de EE.UU. en Afganistán. "Todos estos 12 años ha sido una época de súplica constante hacia los Estados Unidos de tratar las vidas de nuestros civiles como a vidas de seres humanos", dijo refiriéndose a las numerosas víctimas entre la población civil que han sido resultado de las acciones de las tropas estadounidenses. Dijo que en los últimos siete meses nunca ha hablado con Barack Obama. Además, como ha resultado más tarde, Karzai cree que la misión de la OTAN es un fracaso desde el punto de vista de su principal objetivo que es garantizar la seguridad del país.
La insatisfacción de Washington con Karzai también alcanzó el punto más alto. Los congresistas han reducido drásticamente la asistencia financiera para el desarrollo de Afganistán en caso de una retirada completa de las fuerzas de la coalición. "El presidente afgano está jugando con fuego al negarse a firmar un acuerdo con los Estados Unidos", revela las cartas el Secretario General de la OTAN Anders Fogh Rasmussen.
Es lógico suponer que ahora todas las cartas han sido descubiertas aparece una pregunta, ¿ Los estadounidenses van a permanecer en Afganistán solo por encima del cadáver de Karzai? Hasta ahora, sólo será un cadáver político ya que en abril aquí se van a celebrar las elecciones presidenciales y en resolver sus problemas a través de "elecciones democráticas" Washington es un verdadero experto. De acuerdo con la Constitución afgana, Karzai no podrá por tercera vez nominar a su candidatura. Por lo tanto, su clan va a ser liderado por su hermano mayor Abdul Qayyum Karzai. Sin embargo, según las memorias del ex secretario de Defensa de EE.UU. Robert Gates, Obama desprecia a toda esa familia y desde hace tiempo busca la manera de poner una marioneta más dócil en Kabul.
La campaña electoral ya ha comenzado. Aunque hay más de una docena de candidatos, al parecer, la lucha será entre un protegido de Karzai y un tal Ashraf Ghani Ahmadzai que estudió en los Estados Unidos y es un ardiente partidario de la firma de un acuerdo bilateral en una forma que es conveniente para Washington.
Por lo tanto, la anunciada retirada de las fuerzas estadounidenses de Afganistán no es el regreso de triunfadores, sino una retirada vergonzosa. Así que los estadounidenses quisieran "irse pero quedarse" por si en cualquier momento se podría hacer un nuevo "despliegue operativo". Para esto se necesita cumplir con algunos trámites, precisamente persuadir a las autoridades oficiales afganas a firmar un acuerdo, según el cual en el país debe permanecer un contingente de diez mil personas del Ejército de EE.UU.
Karzai está dispuesto a firmar tal acuerdo sólo si los estadounidenses se comprometen a mantener la integridad de los domicilios de los ciudadanos, terminar las operaciones militares en el territorio de los objetos poblados, devolver a su patria a los afganos de la cárcel de Guantánamo y finalmente cerrar los campos de concentración para los sospechosos de terrorismo en el país..
Sin embargo, en la Casa Blanca no están acostumbrados a que les pongan condiciones. Estamos hablando de un estado donde los soldados de "franjas y estrellas" llevan un largo tiempo sintiéndose como dueños absolutos del mundo.
Por lo tanto, hoy en día los expertos están convencidos de que los estadounidenses deseando quedarse en Afganistán en sus propios términos, se van a hacer de las suyas, actuando como solo ellos mismos lo saben hacer, siendo sí mismos o mediante el control por grupos islamistas, entre ellos, aquellos relacionados con los "talibanes".
El año pasado Karzai varias veces daba a entender de la posibilidad de tal escenario. Por ejemplo, en marzo, dijo que los estadounidenses están tratando de intimidar a los afganos y los ataques de suicidas se cometen para que los afganos pidieran la continuación de la presencia de las tropas extranjeras. Esta declaración fue hecha por la televisión afgana después de dos explosiones que mataron a 19 personas. En aquel entonces fue la primera vez que Karzai dijo que los estadounidenses están colaborando con algunos grupos insurgentes que cumplen con las órdenes de Estados Unidos. Por otra parte, el líder afgano dijo que los representantes de los talibanes y los diplomáticos estadounidenses "todos los días están negociando en el extranjero". Sin embargo, él deliberadamente se negó a reunirse con el jefe del Pentágono. Al mismo tiempo el asistente de Karzai le dijo a la agencia Associated Press que Kabul sospecha de los actos terroristas por parte de miles de combatientes preparados por la CIA conocidos como "las fuerzas afganas de contraterrorismo" (Pursuit Team).
El resto del año se realizaron peleas verbales, las relaciones entre Kabul y Washington empeoraban, el tema de la firma del acuerdo no se ha adelantado. En enero, una nueva oleada de violencia contra la población civil de Afganistán, de hecho, llevó a una ruptura abierta entre los "aliados". Inmediatamente después del Año Nuevo en la provincia de Helmand los marines estadounidenses mataron a tiros a un chico de cuatro años. Unos días más tarde las fuerzas aéreas de "franjas y estrellas" bombardearon una zona residencial matando a siete niños y a una mujer. Al día siguiente un incidente similar ocurrió en Kandahar. Tres jugadores de fútbol afgano murieron y cuatro resultaron heridos tras un ataque con cohetes por parte de las posiciones estadounidenses. Una semana después en la provincia de Laghman un desconocido en la cancha de voleibol mató a cinco escolares, pero este evento fue el colmo, el terrorista actuó estrictamente de acuerdo con las enseñanzas radicales islámicas que prohíben los juegos deportivos lo que hace pensar que los estadounidenses no estaban involucrados. Sin embargo, los representantes de los "talibanes" negaron su participación en el ataque lo que era muy extraño. Por lo general toman públicamente la responsabilidad por sus crímenes.
Fue entonces cuando el representante de la administración de Kabul expresó la opinión del presidente del país de que detrás de estos y otros ataques en Afganistán no están involucrados los fundamentalistas islámicos sino "los servicios de inteligencia extranjeros." "Por una serie de ataques terroristas en Kabul y otras áreas involucradas en la inteligencia extranjera, tenemos pruebas irrefutables" - dijo Ajmal Faizi. Según sus palabras, el 17 de enero, agencias de inteligencia extranjeras organizaron un ataque militante en un restaurante libanés en Kabul, en el que murieron más de 20 personas.
La mayoría de los testigos inicialmente asumieron que estaba involucrado el Pakistán vecino que a menudo es acusado de ayudar a los talibanes. Sin embargo, los funcionarios afganos se apresuraron a explicar que deliberadamente se explicaban de una manera difusa lo que demostraba una posible participación de EE.UU. El funcionario dijo que de acuerdo con el gobierno afgano, "los ataques similares al cometido en el restaurante son demasiado complejos para ser el trabajo de "los talibanes".
"Karzai expuso sus sospechas en una lista lo que muestra que el gobierno de EE.UU. ha organizado docenas de este tipo de ataques tratando de fomentar la inestabilidad en Afganistán", escribe el diario The Washington Post. Una fuente del periódico dijo que el presidente comenzó a llevar esta lista hace unos años escribiendo en ella los "incidentes sospechosos" que señalan la implicación de Washington. Particularmente aumentaron este tipo de incidentes el año pasado. En particular se trata de un ataque de desconocidos a la oficina del Ministerio de Justicia en Kabul y al palacio de justicia en la provincia de Farah donde murieron 50 civiles.
Fuera lo que fuera, en una reciente entrevista con el Sunday Timesbritánico el presidente afgano, Hamid Karzai admitió que él no veía nada bueno en la presencia del contingente militar de EE.UU. en Afganistán. "Todos estos 12 años ha sido una época de súplica constante hacia los Estados Unidos de tratar las vidas de nuestros civiles como a vidas de seres humanos", dijo refiriéndose a las numerosas víctimas entre la población civil que han sido resultado de las acciones de las tropas estadounidenses. Dijo que en los últimos siete meses nunca ha hablado con Barack Obama. Además, como ha resultado más tarde, Karzai cree que la misión de la OTAN es un fracaso desde el punto de vista de su principal objetivo que es garantizar la seguridad del país.
La insatisfacción de Washington con Karzai también alcanzó el punto más alto. Los congresistas han reducido drásticamente la asistencia financiera para el desarrollo de Afganistán en caso de una retirada completa de las fuerzas de la coalición. "El presidente afgano está jugando con fuego al negarse a firmar un acuerdo con los Estados Unidos", revela las cartas el Secretario General de la OTAN Anders Fogh Rasmussen.
Es lógico suponer que ahora todas las cartas han sido descubiertas aparece una pregunta, ¿ Los estadounidenses van a permanecer en Afganistán solo por encima del cadáver de Karzai? Hasta ahora, sólo será un cadáver político ya que en abril aquí se van a celebrar las elecciones presidenciales y en resolver sus problemas a través de "elecciones democráticas" Washington es un verdadero experto. De acuerdo con la Constitución afgana, Karzai no podrá por tercera vez nominar a su candidatura. Por lo tanto, su clan va a ser liderado por su hermano mayor Abdul Qayyum Karzai. Sin embargo, según las memorias del ex secretario de Defensa de EE.UU. Robert Gates, Obama desprecia a toda esa familia y desde hace tiempo busca la manera de poner una marioneta más dócil en Kabul.
La campaña electoral ya ha comenzado. Aunque hay más de una docena de candidatos, al parecer, la lucha será entre un protegido de Karzai y un tal Ashraf Ghani Ahmadzai que estudió en los Estados Unidos y es un ardiente partidario de la firma de un acuerdo bilateral en una forma que es conveniente para Washington.
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