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sábado, 15 de abril de 2017

Ejército de EE.UU. sumido en la corrupción

Washington se prepara para un ataque a Siria y eso significa que los contratistas inescrupulosos y funcionarios militares de Estados Unidos de nuevo tienen verdaderamente la oportunidad de calentarse las manos en los contratos militares. Los sobornos y robos arruinaron el ejército y los daños causados por la corrupción es de miles de millones de dólares.
Los principales barriles sin fondo del Pentágono son las bases militares repartidas por todo el mundo especialmente en Iraq, Afganistán y Kuwait. Aquí roban en pequeña y en gran escala. Se llevan los contratos destinados para proveer tropas con alimentos, uniformes y equipos, roban contenedores con pertenencias personales de colegas, venden gasolina de regimiento por dinero en efectivo a ciudadanos locales... Hablamos solo de algunos de estos crímenes porque mencionar todos no nosdaría el suficiente espacio para escribirlo y tampoco los escrúpulos para decirlo.
En febrero del 2008 un alto oficial no comisionado Pete Peleti, fue condenado a 28 meses de prisión por aceptar un soborno de 50 000 dólares. El dinero fue recibido por parte del presidente de la compañía kuwaití que soñaba con un contrato de suministro de cubiertos de plástico al campamento militar Arifdzhan de los EE.UU.
En junio de 2008 un intendente de una unidad militar en Kuwait, el Mayor John Kokkerhem y su esposa, Melissa, se declararon culpables de soborno y lavado de dinero. "En lugar de actuar de acuerdo a los intereses de sus compañeros de armas, Kokkerhem le daba los contratos a los que estaban dispuestos a pagar sobornos", explica el Asistente Fiscal General de EE.UU. Matthew Friedrich. Para el momento de su detención la pareja consiguió recibir más de $ 1 millón y eso que sus contratistas aún les "debían" $ 8 000 000 más. Luego de ser descubierto, John Kokkerhema fue condenado a 17,5 años de prisión y Melissa Kokkerhem recibió 41 meses de prisión por complicidad.
En mayo del 2009 el capitán del Ejército, Elbert Westley y el sargento menor, Roy Greene, confesaron el robo de equipos que se dirigían a una base de EE.UU. en Irak con el fin de revenderlas a los empresarios locales. En la lista de objetos robados hay acondicionadores, generadores, camiones y coches. Los delincuentes se beneficiaron con una suma de alrededor de  400 000 dólares.

 En agosto del 2009 el capitán del ejército Brian Williams, intendente de la División Aerotransportada 101, estacionado en Bagdad escribió una confesión en la cual explicaba como obtuvo dinero en efectivo y premios por  ayudar a obtener contratos militares de más de 500 000 dólares a varios contratistas.
De agosto a noviembre del 2009 fueron declarados culpables y condenados a varias penas de prisión el contratista militar Lee William Dubois, el capitán del Ejército Robert Young, transitarios Robert Jeffrey y Michelle Jamil. Su estafa le costó al Pentágono 40 millones de dólares. Precisamente esta suma costó el combustible diesel y de aviación robado y vendido en el "mercado negro" de Irak.
En octubre del 2009 el sargento del ejército, Ana Chávez admitió haber aceptado sobornos. Como operador de servicios de transporte en el aeródromo de Bagram en Afganistán recibió 90 000 dólares de un contratista a cambio de ayuda en la transferencia de una orden militar.
En enero del 2010 el teniente coronel Michael Wheeler fue condenado a 42 meses de prisión por su participación en un fraude masivo con los fondos asignados para la reconstrucción de Irak. Para este momento sus cómplices, coronel Curtis Whiteford y el teniente coronel, Debra Harrison, y varios civiles ya han recibido diversas penas de prisión. La investigación reveló que las principales personas involucradas siendo miembros de la Autoridad Provisional de la Coalición cometieron una serie de fraudes y robos. En particular, ellos habrían robado más de 2 millones de dólares en efectivo, así como coches, motos, ordenadores, etc ...
En abril del 2010 el coronel Kevin Davies se declaró culpable de aceptar 50 000 dólares de un contratista interesado en el contrato para la construcción y operación de varios depósitos militares en Irak.
En noviembre del 2010 el ingeniero de Defensa Espacial de Misiles del Ejército de EE.UU. Stephen Bryant fue condenado a 20 meses de prisión por aceptar un soborno de 200 000 dólares. Este veredicto puso el punto final en el caso del que ya habían sido condenados el director del Centro Conjunto de Integración de Tecnologías de la Sede y de Defensa Espacial de Misiles (SMDC) Michael Cantrell y su adjunto Douglas Harry Ennis. Por aceptar sobornos de un valor de 1,2 millones dólares recibieron cinco y dos años de prisión, respectivamente.
En diciembre del 2010, un ex soldado y empleado la empresa KBR, un importante contratista militar,  Daniel Freeman fue sentenciado a 41 meses de prisión. Durante su misión en Afganistán daba contratos a subcontratistas a cambio de sobornos. De esta manera logró "ganar" 200 000 dólares.
En enero del 2011 el sargento Stephen Nathan Ringo fue sentenciado a 90 meses de prisión por sobornos y malversación de bienes del Estado. Como reveló la investigación, el sargento que servía en una base de operaciones en Afganistán recibió del contratista 400 000 dólares a cambio de informes falsos que mostraban consumo excesivo de combustibles y lubricantes. A su vez, esto le permitió al contratista robar casi medio millón de dólares en combustible.
En febrero del 2011el Mayor Kevin Shrek se declaró culpable de robar casi 50 000 dólares de fondos del ejército destinados para fines humanitarios en Irak.
En enero del 2012 un especialista de logística del aeródromo de Bagram en Afganistán, sargento Charles Finch, fue condenado a 51 meses de prisión y tres años de libertad condicional. Su coacusado, el Sargento Mayor Gary Kentin, recibió 31 meses de prisión y tres años de libertad condicional. Ambos confesaron haber tratado de obtener 50 000 dóalres de la compañía AZ Corporación a cambio de un contrato de transporte lucrativo. Tiempo atrás, por delitos similares diez de sus compañeros fueron condenados a diferentes penas...
A principios del 2012 fueron condenados unos funcionarios corruptos de la base militar Arifdzhan. El mayor del Ejército Eddie Pressley fue sentenciado a 144 meses de prisión por sobornos y lavado de dinero. Su cómplice, esposa de Eddie, fue condenada a 72 meses. "La pareja de Pressley recibió casi 3 millones dólares a cambio de asistencia en obtener contratos gubernamentales. Ellos escondían sus beneficios penales en cuentas bancarias en el extranjero, invertían en bienes inmobiliarios y automóviles", cuenta el auxiliar del Fiscal General de EE.UU. Lanny Breuer.
En febrero del 2012 el sargento Amash Rey confesó haber aceptado sobornos por parte de un contratista kuwaití. Siendo responsable de la documentación financiera en una base militar, la señora simplificó el procedimiento de registro de la provisión de agua potable embotellada. Como pago Rey ha recibido cuatro transferencias telegráficas por un monto de 20 500 dólares.
En junio del 2012 el comandante Christopher Grant Bradley que servía en una base de operaciones avanzada en Irak, recibió seis meses de prisión por aceptar un soborno de 20 000 dólares. De esta manera un contratista local agradeció al Mayor por servicios que le permitieron eludir el procedimiento de garantía de seguridad antes de entrar en la base ...

En febrero del 2013 Natasha June Boyd, fue condenada a 30 meses de prisión y tres años de libertad condicional. Ella se convirtió en el séptimo soldado condenado por participar en una conspiración con el fin de obtener vacaciones falsas del Pentágono y pagos por turismo. Durante la estafa, los estafadores lograron ganar casi $ 740,000, que se repartieron entre ellos.
En marzo del 2013 Tonya Long que servía en Afganistán como inspector de aduanas fue sentenciada a 60 meses en prisión. Como ha revelado la investigación, en total ella robó cerca de $ 1 millón de dólares de los contenedores y paquetes de colegas. Con ese dinero la Señora fue de vacaciones, se sometió a una cirugía plástica y compró un camión de 18 ruedas.
En abril del 2013 el capitán del ejército Sean Patrick O'Brien, fue sentenciado a 23 meses de prisión por aceptar sobornos. De acuerdo con los documentos de la corte, él recibió de un contratista iraquí cerca de 37 500 dólares a cambio de ayuda para obtener un contrato gubernamental.
En julio de 2013 el sargento Jason Begonia que sirvió en la Oficina del Campamento Eggers en Afganistán, fue condenado a cuatro años de prisión por abuso de poder para obtener ganancias financieras. Él, junto con dos cómplices sargentos (ambos previamente se declararon culpables y están cumpliendo una sentencia) engañaron al proveedor de uniformes en relación con el costo del contrato y trataron de robar la diferencia que ascendió a cerca de 1,3 millones de dólares.
En julio del 2013 el capitán de la Reserva del Ejército William Edward Knott se declaró culpable de recibir 90 000 dólares en sobornos de contratistas mientras servía en Irak. Según la investigación, Knotts recibía mensualmente sus "piezas de plata" de la corporación de Kuwait a cambio de información confidencial sobre licitaciones realizadas por el servicio contractual del Ejército de EE.UU.
Y, por último, hace unos días terminó el juicio de los militares de la Infantería de Estados Unidos que se dedica a la infraestructura y el equipamiento técnico del ejército. Los estafadores sobreestimaban el costo de los contratos del gobierno. La diferencia la transferían a sus cuentas cubriendo este sistema con informes financieros falsos. De esta manera fueron robados unos 30 millones de dólares.
La principal persona implicada en el caso es Kerry Khan que fue condenado a 19,5 años de prisión. Unos quince de sus cómplices recibieron penas menores pero también muy impresionantes. En total, trás la investigación fueron incautadas 34 cuentas bancarias, fueron confiscados 20 objetos de inmobiliaria y ocho coches de lujo. "Esta es una de las esquemas de corrupción más descarados en la historia de los contratos federales", resume el Fiscal de EE.UU. para el Distrito de Columbia Ronald Machen.
Con el fin de poner freno a la corrupción relacionada con el robo de fondos asignados para el mantenimiento de tropas en Irak, Afganistán y Kuwait, el gobierno de EE.UU. tuvo que crear nuevos servicios, departamentos y divisiones. Por ejemplo, en noviembre del 2005 cuando en FBI se estableció la Iniciativa Internacional para los contratos corruptos (ICCI), en octubre de 2006, el Ministerio de Justicia anunció la creación de un Grupo de Trabajo Nacional en terreno de fraude en la  contratación pública (NPFTF). Pero esto tampoco fue suficiente.
Como resultado de la potencia de diez representantes de 10 ministerios de fuerza, departamentos y personal de las fuerzas armadas fue formado el Grupo de Trabajo Internacional sobre contratos de corrupción (ICCTF). Para la fecha de hoy sus agentes realizaron más de mil investigaciones. Esto signifíca que las escalas de robos superan todo cuadro imaginable. En este artículo se ha tocado sólo la punta del iceberg ...
Pero hay otra cara de la moneda. "El personal y los contratistas militares, que en tiempo de guerra ponen beneficio personal por encima de los intereses de los contribuyentes debilitan la legitimidad de las instituciones públicas", se queja el director de la Policía Militar de Investigación de la Administración Sharon Woods. De hecho el público estadounidense odia a los combatientes desdichados, a sus comandantes tacaños y grupos de presión de Washington.
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