Tras disculparse por los errores de la reforma de atención médica, Barack Obama no tiene ninguna prisa para confesar otro fracaso obvio - su política de Oriente Medio. Y ahí sí hay de que arrepentirse.Испанский
En la Estrategia de Seguridad Nacional de EE.UU. para el año 2013 está escrito claramente: "Nuestro interés en un Oriente Medio estable y en paz es nuestra principal prioridad en esta región". Entonces, ¿dónde están estas estabilidad y paz?
La "primavera árabe" no ha producido la cosecha deseada para Washington. En Libia, en lugar de la democracia prometida por los países occidentales, empezó a reinar la anarquía " de Sharia". La retirada de tropas de Irak parecía más una huida de invasores derrotados. Las nuevas autoridades egipcias que no han recibido el apoyo de los Estados Unidos, ahora miran con esperanza hacia Rusia y China. Y incluso el paso difícil hacia Irán fue percibido por la mayoría de los países como indicador de la debilidad de la administración Obama.
Una revista americana The National Interest en uno de los últimos números evaluó la situación de la siguiente manera:... "Las tasas de Obama en el Oriente Medio caen. Arabia Saudita está enfurecida por su compromiso con Rusia. Egipto decepcionado con la reducción de la ayuda militar de Obama después del derrocamiento del presidente islamista Mursi, recientemente recibió perfectamente una delegación rusa. Israel tampoco siente mucha felicidad".
Pero el mayor fiasco de los Estados Unidos tuvo lugar en Siria. Lo que Bashar Assad evitó la agresión externa, acordó la destrucción de los arsenales de armas químicas de Siria, mientras que sus oponentes fueron a continuar las negociaciones de paz en el marco de la "Ginebra - 2", pasó no gracias a sino a pesar de los esfuerzos de Washington. El rebelde Damasco logró resistir y empeorar las relaciones entre los EE.UU. y sus aliados más cercanos en la región: Israel, Arabia Saudita y Turquía. Incluso un periodista que critica tanto el gobierno de Siria Jeffrey Goldberg de la agencia Bloomberg admite : "El Occidente puede sentir que ha perdido moralmente y estratégicamente loser ... Nuestros aliados en el Medio Oriente llegando a ser testigos de cómo los Estados Unidos que inicialmente se comprometió a ayudar a derrocar Assad no ha cumplido esta promesa, pondrán en duda la consistencia y amistad de América y reorientarán su política en una dirección no favorable para los Estados Unidos".
Sin explicar por que de repente Assad se hizo no deseable, la Casa Blanca con sus propias manos formó en oposición a las autoridades sirias un verdadero islámico internacional radical. Apostando a la opción militar para resolver el problema, los estrategas de la CIA y el Pentágono perdieron el momento cuando al primer plano en este conflicto salió "Al-Qaeda" y sus grupos terroristas asociados.
El 10 de diciembre la revista Foreign Policy publicó pruebas de que en Siria estaban luchando contra las fuerzas del gobierno más de 5 000 combatientes extranjeros y esta cifra es "más alta que en cualquiera de los conflictos anteriores en la historia moderna del mundo musulmán". Atraídos por el olor de la sangre y los dólares a la yihad en Siria acudieron mercenarios, terroristas, criminales , sádicos de decenas de países . Hoy en Siria actúan tres principales asociaciones de los islamistas radicales: "Frente Islámico", "Estado Islámico de Irak y Siria" (ISIS ) y la rama siria de "Al Qaeda" Dzhabhat al Nusra. Ellos tan rápidamente empezaron sus acciones que objetos de sus ataques no eran sólo el ejército, los gentiles, y la población civil, pero también los aliados del "Ejército sirio Libre" (CAC ).
A principios de diciembre el general comandante de SAS Salim Idris en una entrevista con periodistas británicos se quejó de que sus hombres ahora tienen que luchar en dos frentes: contra los fanáticos de ISIS y las tropas de Assad. Asustado por la perspectiva de la "islamización " del conflicto sirio Idris no descartó la posibilidad de una alianza de SAS con las fuerzas del gobierno para organizar grupos de resistencia asociados con al-Qaeda. Sin embargo en menos de una semana el general valiente, que traicionó previamente el presidente Assad, apenas se llevó los pies de los islamistas escapándose de ellos a través de Turquía a Qatar. Idris decidió dejar su ejército después de que los militantes de "Frente Islámico" capturaron su sede y almacén donde había un grupo grande de equipo militar estadounidense.
Atónitos de tal descaro EE.UU. y Gran Bretaña se detuvieron temporalmente a prestar ayuda "no letal" al Ejército Libre de Siria. Es poco probable que los políticos de Washington y Londres obtuvieron perspicacia y comprensión del monstruo que han generado con la esperanza de "izar la bandera de la democracia" en el Damasco derrotado. Sin embargo, las agencias de inteligencia de estos países fueron capaces de entender lo obvio y repiten al unísono: "La mayor amenaza terrorista a Europa y los Estados Unidos proviene de Siria a donde se dirigieron cientos de musulmanes deseando unirse a la yihad". Pero hace un año a la altura de la histeria anti-siria de los medios occidentales los periodistas más sobrios advirtieron de este giro de los acontecimientos .
Por ejemplo David Anders de McClatchy Newspapers llevó a cabo su propia investigación y llegó a la conclusión de que los Estados Unidos proporcionan recursos financieros, materiales a los terroristas de la "Al- Qaeda" cuyas manos están manchadas con la sangre de los soldados estadounidenses que lucharon en Irak y Afganistán. Incluso entonces Enders se preocupaba de que el grupo "Dzhabhat en-Nusra" directamente asociada a "Al- Qaeda", "se hizo clave en operaciones de primera línea de los rebeldes que luchan contra el gobierno sirio" y sus comandantes declararon abiertamente: "Cuando acabemos con Assad, pasamos a los EE.UU". Y si al senador McCain se le puede perdonar el deseo de comunicarse y fotografiarse con los muyahidines que cortan cabezas a civiles y soldados capturados (le gustan al "piloto derribado" compañías extrañas), pero a nivel de política de Estado es inaceptable.
En el último informe sobre la situación en Siria de la organización internacional de Amnistía Internacional que no es sospechosa de simpatizar a Bashar al-Assad, una gran parte está dedicada a violaciónes de los derechos humanos y a crímenes de militantes de ISIS. Según el documento, en el territorio que se encuentra bajo su control en el norte de Siria, están establecidas las leyes de sharia duras y en siete cárceles se encuentran cientos de personas que están diariamente expuestos a castigos corporales, torturas y ejecuciones. La crueldad medieval, el secuestro de extranjeros y ciudadanos civiles, azote de los niños y adolescentes - todo esto se ha convertido en una norma en el lugar donde hoy con el apoyo de los EE.UU. y sus aliados dominan los fanáticos religiosos. Tras enfrentarse a ellos cara a cara empiezan a entender todo incluso los más ardientes luchadores con el poder de la oposición secular. Según Randa Slim, un experto en Siria, del Instituto de Washington para Oriente Medio: "Muchos ex activistas me confiesan que si tuvieran que elegir entre ISIS y Assad, habrían contado con Assad".
Incluso el ex Jefe de Estado Mayor de las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel) Dan Halutz ( Dan Halutz ) aconseja elegir el menor de los males: "Actualmente la comunidad internacional debe entender que el derrocamiento de Assad... llevará a la desestabilización de la seguridad regional". Con el general israelí está completamente de acuerdo y su homólogo estadounidense, el ex Director de la CIA Michael Hayden. Hablando en diciembre en la conferencia anual de expertos sobre la amenaza terrorista en el Fondo de Jamestown él llamó el mantenimiento en el poder del actual jefe de Siria la "mejor opción" para el Medio Oriente y el Occidente en general.
Otro experto de renombre mundial en este terreno, el editor británico de The Telegraph Con Coughlin después de analizar el curso de los últimos acontecimientos en Siria llamó a todos los países occidentales "estar prepsrados para la victoria de Assad". "Este resultado debilitaría la posición en el mundo de Cameron y del presidente Barack Obama quienes habían llamado fuertemente al cambio de régimen en Damasco, dice Coughlin -. Y esto fortalecerá la influencia de Irán y Rusia, que no han sucumbido a la presión internacional y se negaron a ayudar a Assad".
FBII
La "primavera árabe" no ha producido la cosecha deseada para Washington. En Libia, en lugar de la democracia prometida por los países occidentales, empezó a reinar la anarquía " de Sharia". La retirada de tropas de Irak parecía más una huida de invasores derrotados. Las nuevas autoridades egipcias que no han recibido el apoyo de los Estados Unidos, ahora miran con esperanza hacia Rusia y China. Y incluso el paso difícil hacia Irán fue percibido por la mayoría de los países como indicador de la debilidad de la administración Obama.
Una revista americana The National Interest en uno de los últimos números evaluó la situación de la siguiente manera:... "Las tasas de Obama en el Oriente Medio caen. Arabia Saudita está enfurecida por su compromiso con Rusia. Egipto decepcionado con la reducción de la ayuda militar de Obama después del derrocamiento del presidente islamista Mursi, recientemente recibió perfectamente una delegación rusa. Israel tampoco siente mucha felicidad".
Pero el mayor fiasco de los Estados Unidos tuvo lugar en Siria. Lo que Bashar Assad evitó la agresión externa, acordó la destrucción de los arsenales de armas químicas de Siria, mientras que sus oponentes fueron a continuar las negociaciones de paz en el marco de la "Ginebra - 2", pasó no gracias a sino a pesar de los esfuerzos de Washington. El rebelde Damasco logró resistir y empeorar las relaciones entre los EE.UU. y sus aliados más cercanos en la región: Israel, Arabia Saudita y Turquía. Incluso un periodista que critica tanto el gobierno de Siria Jeffrey Goldberg de la agencia Bloomberg admite : "El Occidente puede sentir que ha perdido moralmente y estratégicamente loser ... Nuestros aliados en el Medio Oriente llegando a ser testigos de cómo los Estados Unidos que inicialmente se comprometió a ayudar a derrocar Assad no ha cumplido esta promesa, pondrán en duda la consistencia y amistad de América y reorientarán su política en una dirección no favorable para los Estados Unidos".
Sin explicar por que de repente Assad se hizo no deseable, la Casa Blanca con sus propias manos formó en oposición a las autoridades sirias un verdadero islámico internacional radical. Apostando a la opción militar para resolver el problema, los estrategas de la CIA y el Pentágono perdieron el momento cuando al primer plano en este conflicto salió "Al-Qaeda" y sus grupos terroristas asociados.
El 10 de diciembre la revista Foreign Policy publicó pruebas de que en Siria estaban luchando contra las fuerzas del gobierno más de 5 000 combatientes extranjeros y esta cifra es "más alta que en cualquiera de los conflictos anteriores en la historia moderna del mundo musulmán". Atraídos por el olor de la sangre y los dólares a la yihad en Siria acudieron mercenarios, terroristas, criminales , sádicos de decenas de países . Hoy en Siria actúan tres principales asociaciones de los islamistas radicales: "Frente Islámico", "Estado Islámico de Irak y Siria" (ISIS ) y la rama siria de "Al Qaeda" Dzhabhat al Nusra. Ellos tan rápidamente empezaron sus acciones que objetos de sus ataques no eran sólo el ejército, los gentiles, y la población civil, pero también los aliados del "Ejército sirio Libre" (CAC ).
A principios de diciembre el general comandante de SAS Salim Idris en una entrevista con periodistas británicos se quejó de que sus hombres ahora tienen que luchar en dos frentes: contra los fanáticos de ISIS y las tropas de Assad. Asustado por la perspectiva de la "islamización " del conflicto sirio Idris no descartó la posibilidad de una alianza de SAS con las fuerzas del gobierno para organizar grupos de resistencia asociados con al-Qaeda. Sin embargo en menos de una semana el general valiente, que traicionó previamente el presidente Assad, apenas se llevó los pies de los islamistas escapándose de ellos a través de Turquía a Qatar. Idris decidió dejar su ejército después de que los militantes de "Frente Islámico" capturaron su sede y almacén donde había un grupo grande de equipo militar estadounidense.
Atónitos de tal descaro EE.UU. y Gran Bretaña se detuvieron temporalmente a prestar ayuda "no letal" al Ejército Libre de Siria. Es poco probable que los políticos de Washington y Londres obtuvieron perspicacia y comprensión del monstruo que han generado con la esperanza de "izar la bandera de la democracia" en el Damasco derrotado. Sin embargo, las agencias de inteligencia de estos países fueron capaces de entender lo obvio y repiten al unísono: "La mayor amenaza terrorista a Europa y los Estados Unidos proviene de Siria a donde se dirigieron cientos de musulmanes deseando unirse a la yihad". Pero hace un año a la altura de la histeria anti-siria de los medios occidentales los periodistas más sobrios advirtieron de este giro de los acontecimientos .
Por ejemplo David Anders de McClatchy Newspapers llevó a cabo su propia investigación y llegó a la conclusión de que los Estados Unidos proporcionan recursos financieros, materiales a los terroristas de la "Al- Qaeda" cuyas manos están manchadas con la sangre de los soldados estadounidenses que lucharon en Irak y Afganistán. Incluso entonces Enders se preocupaba de que el grupo "Dzhabhat en-Nusra" directamente asociada a "Al- Qaeda", "se hizo clave en operaciones de primera línea de los rebeldes que luchan contra el gobierno sirio" y sus comandantes declararon abiertamente: "Cuando acabemos con Assad, pasamos a los EE.UU". Y si al senador McCain se le puede perdonar el deseo de comunicarse y fotografiarse con los muyahidines que cortan cabezas a civiles y soldados capturados (le gustan al "piloto derribado" compañías extrañas), pero a nivel de política de Estado es inaceptable.
En el último informe sobre la situación en Siria de la organización internacional de Amnistía Internacional que no es sospechosa de simpatizar a Bashar al-Assad, una gran parte está dedicada a violaciónes de los derechos humanos y a crímenes de militantes de ISIS. Según el documento, en el territorio que se encuentra bajo su control en el norte de Siria, están establecidas las leyes de sharia duras y en siete cárceles se encuentran cientos de personas que están diariamente expuestos a castigos corporales, torturas y ejecuciones. La crueldad medieval, el secuestro de extranjeros y ciudadanos civiles, azote de los niños y adolescentes - todo esto se ha convertido en una norma en el lugar donde hoy con el apoyo de los EE.UU. y sus aliados dominan los fanáticos religiosos. Tras enfrentarse a ellos cara a cara empiezan a entender todo incluso los más ardientes luchadores con el poder de la oposición secular. Según Randa Slim, un experto en Siria, del Instituto de Washington para Oriente Medio: "Muchos ex activistas me confiesan que si tuvieran que elegir entre ISIS y Assad, habrían contado con Assad".
Incluso el ex Jefe de Estado Mayor de las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel) Dan Halutz ( Dan Halutz ) aconseja elegir el menor de los males: "Actualmente la comunidad internacional debe entender que el derrocamiento de Assad... llevará a la desestabilización de la seguridad regional". Con el general israelí está completamente de acuerdo y su homólogo estadounidense, el ex Director de la CIA Michael Hayden. Hablando en diciembre en la conferencia anual de expertos sobre la amenaza terrorista en el Fondo de Jamestown él llamó el mantenimiento en el poder del actual jefe de Siria la "mejor opción" para el Medio Oriente y el Occidente en general.
Otro experto de renombre mundial en este terreno, el editor británico de The Telegraph Con Coughlin después de analizar el curso de los últimos acontecimientos en Siria llamó a todos los países occidentales "estar prepsrados para la victoria de Assad". "Este resultado debilitaría la posición en el mundo de Cameron y del presidente Barack Obama quienes habían llamado fuertemente al cambio de régimen en Damasco, dice Coughlin -. Y esto fortalecerá la influencia de Irán y Rusia, que no han sucumbido a la presión internacional y se negaron a ayudar a Assad".
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