Entre miles de hitlerianos que huyeron al Occidente en 1945 hubo líderes de nazistas ucranianos. Posteriormente los estadounidenses los utilizaron para acciones subversivas en contra de la Unión Soviética. Sin embargo, poco ha cambiado después de la terminación de la Guerra Fría. Ahora la CIA de buena gana usa a los extremistas derechos para luchar contra gobiernos indeseables por todo el mundo.
Los archivos de los servicios de inteligencia de EE.UU. están llenos de detalles de las relaciones entre Washington y los nacionalistas ucranianos. Por ejemplo, se sabe con certeza que después de la guerra los empleados de OSS (antecedente de CIA) han obstaculizado la entrega de Stefan Bandera a los representantes de la Unión Soviética.
Más tarde cuando él se instaló en Munich, EE.UU. ha iniciado un juego operativo con su participación. A través de Bandera se realizaban las relaciones con otros nacionalistas ucranianos que después de una preparación correspondiente formaban la fuerza militar de la clandestinidad antisoviética. En la CIA a Bandera lo consideraban demasiado inspirado por su leyenda e incapaz para los compromisos.
"Bandera, leemos en uno de los informes de CIA del año 1948, por su naturaleza es un político ambicioso y esta lo diferencia de otros emigrantes ucranianos. Ellos están por el modo de gobernación representante en Ucrania mientras que él actúa por la dictadura de su partido político OUN (b)" (Organization of Ukrainian Nationalists).
El homicidio de Bandera en 1959 fue percibido tranquilamente por los estadounidenses. "Su muerte no ha influído las operaciones de la CIA en contra del poder soviético en Ucrania. Para este tiempo su ejecución dependía completamente de los líderes de emigrado que aunque eran seguidores de Bandera durante la guerra, después de ella aseguraban varias veces que el ex jefe era una autopublicidad caricaturesca. Seguían su trabajo bajo el patronato de la CIA hasta el momento de la desintegración de la Unión Soviética", dice el historiador y periodista Max Blumenthal.
Junto con Bandera los estadounidenses tomaron bajo su protección a su conmiltón, al ajusticiador sangriento Mykola Lebed. Él trabajaba para la CIA durante más de medio siglo a pesar de que los expertos de CIC (Cuerpo de la contrinteligencia del Ejército de EE.UU.) en su informe de julio de 1947 llamaban directamente a Lebed "un sádico conocido y empleado de Gestapo" que dirigía personalmente los masacres de judíos y polacos.
Sin embargo, de acuerdo con los documentos de la inteligencia de EE.UU. el 5 de mayo de 1952 Allen Dulles que en aquel entonces era el primer subdirector de CIA se dirigió personalmente al Departamento de imigración y naturalización con la petición de otorgarle a Mykola Lebed el derecho de domicilio permanente en los Estados Unidos. Además, el subrayaba que Lebed "tiene una gran importancia para CIA en conexión con las operaciones futuras de importancia primaria".
Gracias a los esfuerzos de Dulles el criminal nazi se trasladó a los EE.UU. y se dedicó al trabajo para "el apoyo y la explotación del movimiento clandestino de Ucrania para la resistencia y los objetivos de inteligencia en USSR". Por largo tiempo Lebed dirigía un centro científico de investigación, una emisora de radio antisoviética y la producción de materiales de agitación de prensa para Ucrania. Sólo en 1956 con el apoyo de CIA su emisora de radio ha transmitido 1200 programas, ha difundido cientos de miles de periódicos y folletos. Con el tiempo el centro ha ampliado su emisión en idiomas de otras nacionalidades, partes de la Unión Soviética.
Mykola Lebed se quedaba en el gran juego casi hasta su muerte en 1998. Con todo esto, la CIA bloqueaba todos los intentos de la investigación de sus actividades nazis en Ucrania Occidental y Polonia que de vez en cuando tenían lugar en la prensa.
Cabe señalar que muchos de los nacionalistas ucranianos que han sobrevivido tras haberse instalado en los EE.UU. han vuelto al trabajo político, han formado nuevos partidos derechos estadounidenses o se han hecho parte de los existentes.
A finales de 1949 el presidente de EE.UU. Harry Truman se ha dirigido con un mensaje de amistad a los nacionalistas ucranianos donde les ha deseado éxito en sus comienzos importantes. Desde ese momento ellos comenzaron a subsidiarse por los fondos de patrocinadores de alto rango. Entre ellos, los directores de tales compañías como U.S. Steel, Motorola, General Electric, American Zinc, EverSharp y etc.
Con este dinero incluso uno de los ex sustitutos de Bandera Yaroslav Stetsko creó su Bloque de Antibolcheviques que se hizo conocido gracias a sus acciones políticas y dilpomáticas. Stetsko se encontraba constantemente de viajes, se presentaba en diferentes reuniones antisoviéticas, hacía contactos con los representantes de la emigración ucraniana. En 1983 el presidente de EE.UU. Ronald Reagan lo ha recibido personalmente en la Casa Blanca. (A pesar de que Stetsko, lo que no era secreto, participaba en la exterminación de 7000 judíos). "Su lucha es nuestra lucha, saludaba Reagan al ajusticiador nazi. Su sueño es nuestro sueño".
Declaraciones parecidas de los presidentes más exitosos de EE.UU. hacen estar de acuerdo con la conclusión negativa hecha por el empleado del Ministerio de Justicia de EE.UU. Eli Rosenbaum: "Ha sucedido que en la Guerra Fría han ganado los nazistas".
Sin embargo, sería muy ingenuo pensar que después de la desagregación de la Unión Soviética las armas potentes de "emigrantes" y "clandestinos" serían pospuestas por Washington. Y la rusofobia ya ha llenado regiones enteras principalmente los países de Europa Occidenteal, países bálticos, Georgia. Es difícil contradecir al hecho de que adonde vengan los EE.UU. y la OTAN se activiza bruscamente el internacional neonazi.
En el ejemplo de Ucrania de hoy se ven perfectamente los resultados de la aprobación y heroización del fascismo. Su apoteosis fue el concedimiento a Stefan Bandera del título de "Héroe nacional de Ucrania" en el 2010. (Curiosamente la esposa del presidente actual de aquellos tiempos, ciudadana de EE.UU. Kateryna Chumachenko había trabajado en la administración de un gran amigo de los nazistas ucranianos Ronald Reagan). Sin embargo, a pesar de que Yanukovych había cancelado este decreto, él no quiso expulsar a los nazis del campo político. Según los medios masivos de Ucrania, sólo en Lvov para el momento de comienzo del Euromaidan vivían 22 mil neonazis oficialmente registrados.
No hay duda de que los servicios de inteligencia nunca habían perdido la conexión con ellos no se. Hace unos días Dennis Kucinich ha acusado a Washington de un trabajo "escondido secreto" en Ucrania.
Según el político, la CIA, la Agencia de EE.UU. para el desarrollo internacional y el Fondo Nacional de apoyo a la democracia durante dos meses "rebotan en contra" del presidente Viktor Yanukovych lo que llevó a que los "neonazis actualmente controlan el nuevo gobierno de Ucrania".
"Actualmente en Ucrania no hay gobierno. Sólo hay un grupo de neonazis, fascistas y banditos derechos", está de acuerdo con él Francis Boyle, profesor del derecho internacional en la Universidad del estado de Illinois. Este golpe de Estado resultó ser una función de la CIA lo que sugiere de la conversación teléfonica intercepcionada entre el subsecretario del estado para los asuntos europeos Victoria Nuland y el embajador de EE.UU. Hablan directamente de que era un golpe de estado clásico y hablan de las fuerzas que tiene que formar el gobierno de Ucrania. Son "camisetas marrones": "Libertad", "El sector derecho", miembros del Ejército Insurgente Ucraniano, skinheads".
Este escenario a menudo sucede en los países cuyos gobernadores se han atrevido a realizar una política en contra de los deseos de Washington. Al mismo tiempo, cuando en Ucrania tienen lugar los acontecimientos dramáticos, los disturbios civiles inspirados por EE.UU. se hacen más potentes en Venezuela rica en petróleo y gas. Las autoridades del país no dudan en que las acciones de protesta se financian por la Casa Blanca y se realizan con la ayuda de la CIA. En los disturbios callejeros en Caracas murieron y fueron heridas decenas de personas. Según las fuentes en el gobierno de Venezuela, EE.UU. recurre al apoyo de "fuerzas ultraderechas, fascistas que están ligadas con grupos militares en Colombia y esto es una práctica regular de EE.UU. durante la provocación de golpes del estado".
... Cuando en el 2010 en la ONU fue presentada para la votación la resolución de la imposibilidad de la glorificación del nazismo, racismo, discriminación racial y xenofobia 129 países estuvieron "por" y 54 se abstuvieron. "En contra" estaban sólo tres países. Entre ellos, estuvieron EE.UU. Por lo tanto, el apoyo en los fascistas y en la ideologia antihumana para Washington no es simplemente una tontería enojosa. Todo esto cuadra perfectamente en la matriz tradicional usada por los servicios de inteligencia estadounidenses y también surge de los principios de la política estadounidense de EE.UU.
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