La escandalosa frase "Fuck the EU" del subsecretario de Estado Victoria Nuland como una quintaesencia de la política exterior estadounidense y una medida de la competencia de los que la conducen.
6 marzo, 2014
El contenido de la conversación telefónica del subsecretario de EE.UU. Victoria Nuland con el embajador en Ucrania Jeffrey Paet cuando este último insulta a los socios europeos no parece nada extraordinario. ¡Esta no es lo única de las pilladas de los altos funcionarios de Estados Unidos! Por ejemplo, se puede recordar la última réplica del último embajador de EE.UU. en Rusia Michael McFaul que él ha pronunciado ante la cámara de uno de los canales locales de televisión: "Resultó ser un país salvaje ..." El jefe directo de McFaul ha sorprendido a mucha gente tras haber declarado que Washington le va a permitir a Teherán a desarrollar un programa nuclear de paz. ¡Y esto fue al día siguiente después de que como resultado de unas negociaciones complicadas y largas en Ginebra las partes llegaron a un acuerdo de lo contrario! ¡Ni hablar de la última revelación de que las elecciones libres "no obligatoriamente llevan a la democracia"!
Al parecer, a Barack Obama lo obligan Dios mismo y la Constitución de EE.UU. a seguir cada palabra pronunciada en público pero él también está muy lejos de la imagen ideal de diplomacia. En abril del 2011 durante un encuentro oficial con el emir de Catar Hamad bin Jalifa Al Thani el presidente estadounidense ha elogiado vis a vis por el "aporte enorme" de la promoción de la democracia en el Oriente Próximo. Sin embargo, dos horas más tarde Obama le dijo a su ambiente donde por casualidad resultaron los periodistas que "en Catar no hay avances notables en esta dirección". Hace medio año en el summit G20 el presidente de EE.UU. ha cometido una tropeza cuando al lado de un micrófono conectado junto con su colega de Francia Nicolas Sarkozy se puso a criticar al primer ministro de Israel Binyamin Netanyahu: "Tú ya estás harto con él mientras que yo tengo que comunicarme con él cada día".
No es de extrañar que con un tal presidente la máquina de la política exterior de los Estados Unidos se mueve con un crujido y más y más a menudo entr a a las fosas escandalosas creando muchas razones de risa. El siguiente pretexto resultó ser la reunión obligatoria de la comisión correspondiente del Senado con los embajadores estadounidenses apenas nombrados por el presidente Obama. Cuatro jefes de las misiones diplomáticas de los Estados Unidos en Argentina, Hungría, Islandia y Noruega no eran empledos profesionales y tenían una imagen muy borrosa de sus países de destino. Por ejemplo, para George Tsunisa fue una verdadera revelación que el Partido del Progreso noruego que él calificó como "antidemocrático" en realidad era parte de la coalición de gobierno del país. Y Colin Bell, embajador en Hungría, se va al extranjero con una firme resolución de condenar a los nacionalistas húngaros por opresión de judios. Esto es casi lo único que ellos pudieron entender del trabajo futuro.
La historia que ha divertido a los senadores y periodistas, habría seguido siendo una de las muchas si no hubiera coincidido con la publicación en los Estados Unidos de dos investigaciones que de forma independiente confirman que, en primer lugar, el puesto de embajador de EE.UU. en el extranjero tiene un precio muy específico . Y, en segundo lugar, para ocupar este puesto no es obligatorio tener una experiencia de trabajo diplomático.
Por supuesto, Obama no es el primero quien premia a los partidarios leales con un estatus de embajador en países tranquilos y agradables para la vida. En los tiempos del presidente Ronald Reagan hubo casi un 40% de embajadores "escogidos", en los tiempos de Clinton un 35%. Sin embargo, para el segundo plazo de Obama el número de no prefesionales entre los jefes de las misiones diplomáticas de los EE.UU. superó el 50%. De acuerdo con las leyes de EE.UU., el presidente tiene la facultad exclusiva de nombrar a embajadores y todo el personal diplomático que son funcionarios del estado tiene que elegirse de acuerdo con el principio de "igualdad de oportunidades". Esto signifíca que entre ellos tienen que haber representantes de grupos étnicos y capas sociales de la población. Los diplomáticos profesionales no están satisfechos con este orden. "¿Por qué nuestra profesión es la única en la que se considera aceptable nombrar a alguien sin experiencia, se indigna Steven Kashkett, el ex vicepresidente de la Asociación del servicio diplomático estadounidense. ¡A nadie le viene la idea de nombrar a alguien sin experiencia médica al puesto de jefe de un hospital!"
Dennis Jett, un antiguo colega de Kashkett quien sirvió 28 años en el Departamento de Estado y tiene una amplia experiencia como embajador, ahora trabaja en la Universidad de Pennsylvania. Aquí él junto con Johannes Fedderke hizo un extenso estudio y pudo revelar que cuanto más dinero ha atraidó a la campaña electoral de Barack Obama el patrocinador, más probable que él resulte ser un embajador de EE.UU. en un país seguro y con muchos turistas (sobre todo en Europa occidental). La entrada en un club de élite de los aficionados diplomáticos comienza, de acuerdo con Jett y Fedderke, de 550 000 dólares.
Las conclusiones de los investigadores de la Universidad de Pennsylvania fueron confirmados por los expertos del Centro de integración social de EE.UU.
Michelle Beckel y Chris Zubak que hicieron un mapa especial y una lista de 23 fundrisers (así son llamadas en los EE.UU. las campañas preelectorales) de Barack Obama. ¿Quién patrocina la elección presidencial de Barack Obama? En total, han atraído al fondo electoral del actual jefe de la Casa Blanca más de 16 millones de dólares y a pesar de la falta de experiencia diplomática, recibieron cómodos sillones de embajadores de países amigos de EE.UU. del Viejo Mundo.
¿Podría ser esta una de las razones de las fallas constantes de la administración de Obama en la arena de la política exterior y del crecimiento estable de ánimos anti-estadounidenses en Europa? La autoridad de la Casa Blanca en general y del Departamento de Estado en particular no se aumenta por los escándalos que se van cada vez más lejos de los grupos de diplomáticos.
Durante la primera campaña electoral de Obama el apoyo del clan de Kennedy que es influyente en EE.UU. le ayudó a ganar primero las primarias y luego la lucha por la Casa Blanca. Y aunque en vísperas de su primera presidencia Obama ha hablado en repetidas ocasiones en contra de los nombramientos políticos y se comprometió a impulsar a las posiciones importantes en el Departamento de Estado sólo a diplomáticos experimentados de carrera, él no podía no dar las gracias a sus colegas por su ayuda.
En verano del 2013, Obama envió al embajador de EE.UU. a Japón a la hija del asesinado presidente de EE.UU. John F. Kennedy, Caroline, que no tenía experiencia diplomática, evitó la publicidad y se dedicaba al papeleo en la Biblioteca Presidencial de nombre de su difunto padre que ella dirigía. No hace falta decir que el nuevo diplomático no conocia Asia y el idioma japonés.
Luis Susmen, a diferencia de Caroline Kennedy, habla perfectamente la lengua del país. Lo que no es sorprendente ya que el ex abogado y banquero por más de cuatro años es el jefe de la Embajada de EE.UU. en el Reino Unido. Él no tiene ni experiencia diplomática, ni ningún mérito, pero él recaudó al fondo electoral de Obama 2,3 millones de dólares. Curiosamente, el este puesto cómodo en Londres Samsen se ganó en una oposición con otro patrocinador fuerte del actual presidente, editor en jefe de Vogue, Anna Wintour . Los rumores de su nombramiento en el Reino Unido a finales de 2012 causaron una reacción negativa en la prensa británica así que la Casa Blanca tuvo que actuar de nuevo .
La dimisión escandalosa de Cynthia Stroum que once meses dirigía la misión diplomática de EE.UU. en Luxemburgo ilustra perfectamente lo que pueden causar este tipo de nombramientos de embajadores,. El ex inversionista en la creación de una empresas nueva era tan tiraníca, agresiva y mal educada que la mayoría de los empleados de la embajada se apresuraron a retirarse y algunos incluso prefirieron trasladarse a Kabul y Bagdad. Por cierto, la embajada de EE.UU. en Irak tampoco evitó escándalo cuando se reveló que entre los dos mil empleados de la misión muy pocos hablaban árabe ...
El escritor Nicholas Kralev, escribiendo el libro "El Segundo Ejército de Estados Unidos" habló con cientos de diplomáticos estadounidenses y llegó a una conclusión inequívoca de que la mayoría de los nombrados por Obama no tienen ni idea de cómo dirigir las embajadas y realizar la diplomacia en el siglo XXI. La situación no es tanto cómica como peligroso. La política exterior de la potencia nuclear es dirigida por profanos. Es muy poco probable que esta estrategia conduzca a algo bueno.
FBII
Al parecer, a Barack Obama lo obligan Dios mismo y la Constitución de EE.UU. a seguir cada palabra pronunciada en público pero él también está muy lejos de la imagen ideal de diplomacia. En abril del 2011 durante un encuentro oficial con el emir de Catar Hamad bin Jalifa Al Thani el presidente estadounidense ha elogiado vis a vis por el "aporte enorme" de la promoción de la democracia en el Oriente Próximo. Sin embargo, dos horas más tarde Obama le dijo a su ambiente donde por casualidad resultaron los periodistas que "en Catar no hay avances notables en esta dirección". Hace medio año en el summit G20 el presidente de EE.UU. ha cometido una tropeza cuando al lado de un micrófono conectado junto con su colega de Francia Nicolas Sarkozy se puso a criticar al primer ministro de Israel Binyamin Netanyahu: "Tú ya estás harto con él mientras que yo tengo que comunicarme con él cada día".
No es de extrañar que con un tal presidente la máquina de la política exterior de los Estados Unidos se mueve con un crujido y más y más a menudo entr a a las fosas escandalosas creando muchas razones de risa. El siguiente pretexto resultó ser la reunión obligatoria de la comisión correspondiente del Senado con los embajadores estadounidenses apenas nombrados por el presidente Obama. Cuatro jefes de las misiones diplomáticas de los Estados Unidos en Argentina, Hungría, Islandia y Noruega no eran empledos profesionales y tenían una imagen muy borrosa de sus países de destino. Por ejemplo, para George Tsunisa fue una verdadera revelación que el Partido del Progreso noruego que él calificó como "antidemocrático" en realidad era parte de la coalición de gobierno del país. Y Colin Bell, embajador en Hungría, se va al extranjero con una firme resolución de condenar a los nacionalistas húngaros por opresión de judios. Esto es casi lo único que ellos pudieron entender del trabajo futuro.
La historia que ha divertido a los senadores y periodistas, habría seguido siendo una de las muchas si no hubiera coincidido con la publicación en los Estados Unidos de dos investigaciones que de forma independiente confirman que, en primer lugar, el puesto de embajador de EE.UU. en el extranjero tiene un precio muy específico . Y, en segundo lugar, para ocupar este puesto no es obligatorio tener una experiencia de trabajo diplomático.
Por supuesto, Obama no es el primero quien premia a los partidarios leales con un estatus de embajador en países tranquilos y agradables para la vida. En los tiempos del presidente Ronald Reagan hubo casi un 40% de embajadores "escogidos", en los tiempos de Clinton un 35%. Sin embargo, para el segundo plazo de Obama el número de no prefesionales entre los jefes de las misiones diplomáticas de los EE.UU. superó el 50%. De acuerdo con las leyes de EE.UU., el presidente tiene la facultad exclusiva de nombrar a embajadores y todo el personal diplomático que son funcionarios del estado tiene que elegirse de acuerdo con el principio de "igualdad de oportunidades". Esto signifíca que entre ellos tienen que haber representantes de grupos étnicos y capas sociales de la población. Los diplomáticos profesionales no están satisfechos con este orden. "¿Por qué nuestra profesión es la única en la que se considera aceptable nombrar a alguien sin experiencia, se indigna Steven Kashkett, el ex vicepresidente de la Asociación del servicio diplomático estadounidense. ¡A nadie le viene la idea de nombrar a alguien sin experiencia médica al puesto de jefe de un hospital!"
Dennis Jett, un antiguo colega de Kashkett quien sirvió 28 años en el Departamento de Estado y tiene una amplia experiencia como embajador, ahora trabaja en la Universidad de Pennsylvania. Aquí él junto con Johannes Fedderke hizo un extenso estudio y pudo revelar que cuanto más dinero ha atraidó a la campaña electoral de Barack Obama el patrocinador, más probable que él resulte ser un embajador de EE.UU. en un país seguro y con muchos turistas (sobre todo en Europa occidental). La entrada en un club de élite de los aficionados diplomáticos comienza, de acuerdo con Jett y Fedderke, de 550 000 dólares.
Las conclusiones de los investigadores de la Universidad de Pennsylvania fueron confirmados por los expertos del Centro de integración social de EE.UU.
Michelle Beckel y Chris Zubak que hicieron un mapa especial y una lista de 23 fundrisers (así son llamadas en los EE.UU. las campañas preelectorales) de Barack Obama. ¿Quién patrocina la elección presidencial de Barack Obama? En total, han atraído al fondo electoral del actual jefe de la Casa Blanca más de 16 millones de dólares y a pesar de la falta de experiencia diplomática, recibieron cómodos sillones de embajadores de países amigos de EE.UU. del Viejo Mundo.
¿Podría ser esta una de las razones de las fallas constantes de la administración de Obama en la arena de la política exterior y del crecimiento estable de ánimos anti-estadounidenses en Europa? La autoridad de la Casa Blanca en general y del Departamento de Estado en particular no se aumenta por los escándalos que se van cada vez más lejos de los grupos de diplomáticos.
Durante la primera campaña electoral de Obama el apoyo del clan de Kennedy que es influyente en EE.UU. le ayudó a ganar primero las primarias y luego la lucha por la Casa Blanca. Y aunque en vísperas de su primera presidencia Obama ha hablado en repetidas ocasiones en contra de los nombramientos políticos y se comprometió a impulsar a las posiciones importantes en el Departamento de Estado sólo a diplomáticos experimentados de carrera, él no podía no dar las gracias a sus colegas por su ayuda.
En verano del 2013, Obama envió al embajador de EE.UU. a Japón a la hija del asesinado presidente de EE.UU. John F. Kennedy, Caroline, que no tenía experiencia diplomática, evitó la publicidad y se dedicaba al papeleo en la Biblioteca Presidencial de nombre de su difunto padre que ella dirigía. No hace falta decir que el nuevo diplomático no conocia Asia y el idioma japonés.
Luis Susmen, a diferencia de Caroline Kennedy, habla perfectamente la lengua del país. Lo que no es sorprendente ya que el ex abogado y banquero por más de cuatro años es el jefe de la Embajada de EE.UU. en el Reino Unido. Él no tiene ni experiencia diplomática, ni ningún mérito, pero él recaudó al fondo electoral de Obama 2,3 millones de dólares. Curiosamente, el este puesto cómodo en Londres Samsen se ganó en una oposición con otro patrocinador fuerte del actual presidente, editor en jefe de Vogue, Anna Wintour . Los rumores de su nombramiento en el Reino Unido a finales de 2012 causaron una reacción negativa en la prensa británica así que la Casa Blanca tuvo que actuar de nuevo .
La dimisión escandalosa de Cynthia Stroum que once meses dirigía la misión diplomática de EE.UU. en Luxemburgo ilustra perfectamente lo que pueden causar este tipo de nombramientos de embajadores,. El ex inversionista en la creación de una empresas nueva era tan tiraníca, agresiva y mal educada que la mayoría de los empleados de la embajada se apresuraron a retirarse y algunos incluso prefirieron trasladarse a Kabul y Bagdad. Por cierto, la embajada de EE.UU. en Irak tampoco evitó escándalo cuando se reveló que entre los dos mil empleados de la misión muy pocos hablaban árabe ...
El escritor Nicholas Kralev, escribiendo el libro "El Segundo Ejército de Estados Unidos" habló con cientos de diplomáticos estadounidenses y llegó a una conclusión inequívoca de que la mayoría de los nombrados por Obama no tienen ni idea de cómo dirigir las embajadas y realizar la diplomacia en el siglo XXI. La situación no es tanto cómica como peligroso. La política exterior de la potencia nuclear es dirigida por profanos. Es muy poco probable que esta estrategia conduzca a algo bueno.
FBII