Los Estados Unidos promovieron la producción de heroína en Afganistán sobre una base industrial la cual involucró en la producción de las drogas a toda la población de este país lo que hizó el negocio de drogas un negocio insuperable.
Green Village es un barrio prestigioso de Kabul y el lugar más seguro del país. Para entrar a esa zona se necesita un carné especial o una persona que tenga este documento.
En Green Village, un paraíso occidental en cual se sitúan muchos snobs pero aúnque este muy lejano de la civilización moderna vive un casto privilegiado que se conforma de especialistas extranjeros, empleados de varias misiones humanitarias y no demasiado humanitarias, pilotos extranjeros, mercenarios y afganos acaudelados, muy ricos entre los estándares del medio oeste pero no entre los afganos. En condiciones de ausencia de la industría minera, de la producción de hidrocarbonos, del comercio internacional legal y el desarrollo del país en Afganistán solo había una salida para ganar dinero, hacerce narcotraficante.
La heroína afgana en los últimos años se ha convertido en una leyenda y todos conocen la cantidad y la ubicación de plantaciones, laboratorios y rutas de reparto pero año tras año las exportaciones de la sustancia ilegal crece exponencialmente. Esto se hizo especialmente evidente con el inicio de la operación "Libertad Inquebrantable" en el 2001 cuando las tropas de EE.UU junto con las fuerzas de coalición empezaron a sembrar las semillas de la democracia en Afganistán de las cuales empezaron a florecer las amapolas rojas en vez de las culturas tradicionales como trigo, maíz y algodón. Al final la superficie de los cultivos de opio durante la estancia de las tropas estadounidenses en Afganistán aumentaron 100 veces más y la producción del producto acabado osea la heroína en unas 40 veces más. Así la posición de los grandes pensadores en todo el mundo solo se asemeja a una cínico comportamiento de indiferencia y al reflexionar todo esto se obtiene una sospecha lógica del interés de los estadounidenses en la expansión de la heroína afgana.
Con estos pensamientos en la cabeza hemos llegado al Green Ville a casa de un afgano muy rico y muy respetado al cual apodaremos como Said. Él es actualmente un funcionario de la élite política afgana y como tal, uno de los monstruos de la "economía subterránea". Sabemos en que dinero está construído su chalet de cuatro pisos con fuentes, columnas blancas, galerías doradas y candelabros de cristal. Él sabe que nosotros lo sabemos pero se mantuvo una conversación general como si nadie supiera nada.
“Los estadounidenses jamás se han puesto en la tarea de combatir la amenaza de las drogas”, dice Said el cual tiene una sonrisa de Hollywood y un inglés perfecto. “ Para ellos Afganistán es una plaza de armas de la cual a un solo paso están China, Irán y Pakistán... Para eso se organizó todo. Ni por las drogas, ni por los talibanes... Si ellos quisieran molestar a los talibanes habría que empezar por las drogas pero ¿Como organizar una resistencia sin financiamiento?
– ¿Los talibanos están involucrados en el narcotráfico? Creo que durante su poder la producción de heroína bajó hasta cero.
– Es un mito muy común que a finales de los 90, el 35% de las ganancias del negocio de heroína íban precisamente a Taliban. A propósito en gran parte gracias a las relaciones de Taliban con Al Qaeda se logró crear una red de distribución de la droga que en el comienzo de la operación estadounidense completamente expulsó del mercado a los ex jugadores destacados como Myanmar, Laos y Tailandia. Una red terrorista unida también resultó adecuada para la actividad terrorista. Las razones de la disminuición dramática de la producción de heroína en el 2001 en el intento de los talibanos de conquistar el reconocimiento internacional fue que esperaban obtener una compensación digna para la "guerra contra la amenaza de drogas", pero recibieron la invasión de fuerzas de coalición.
¡Al pasar un año, después del inicio de la operación "Libertad Inquebrantable" el aumento de la producción de opio en Afganistán era de 1 400 (mil cuatrocientos) por ciento! El precio de la misma se ha reducido a mínimos críticos. Si en Asia del Sur un kilo de heroína hidroclorida pura costaba 10 000 dólares, en Afganistán sólo 650. La oferta a la baja en el mercado permitió al país en un momento convertirse en el monopolista mundial. Además, si antes de la invasión la producción de laboratorio normalmente se encontraba en el Pakistán vecino, con la "llegada de la democracia" con su cultura pero principalmente con sus valores tecnológicos en Afganistán se organizó un círculo cerrado de escala industrial.
Las empresas europeas sin pensar en el fin suministraban a la República Islámica de fertilizantes necesarios, equipos farmacológicos, reactivos químicos en forma de ayuda humanitaria a los agricultores y los desarrolladores de fármacos. Los Estados Unidos organizaron la provisión de equipos compactos móviles de perforación, con esa técninca cualquier agricultor podría organizar la recuperación de tierra en las regiones más secas. Por parte de EE.UU y Europa empezaron a suministrar semillas de amapolas de alta calidad. El negocios es primariamente cínico, el beneficio está antes que cualquier otra cosa.
El capital inicial para inversiones rentables no se proporcionaban por los motores de la industria de drogas sino por los bancos occidentales más respetados. Kandahar durante el tiempo de la presencia de las fuerzas de la coalición en Afganistán se convirtió en un centro financiero de la industria farmacéutica. Se le hacían préstamos a los "agricultores", "farmacologistas" y transportistas y también se ajustaban las cuentas por los lotes vendidos a través de entidades financieras afganas como: la banca nacional semi-legal "hawala", así como mediante los bancos occidentales oficiales y conocidos en todo el mundo, las organizaciones de crédito, y todo frente a un gran contingente de EE.UU, Reino Unido y Canadá, estacionados cerca de Kandahar.
Como resultado de este clima de inversiones favorable, las plantaciones y laboratorios aparecieron en toda la República Islámica, las principales se encontraban en las provincias Balkh, Helmand, Kunar, Nangarhar, Paktia, Khost y en las ciudades Kunduz y Faizabad. La información sobre los campos y laboratorios en estas áreas, incluyendo fotos tomadas por satélite regularmente se entregan a las Fuerzas internacionales de asistencia de seguridad los cuales solo lo "toman en consideración" este caso. Los generales de Estados Unidos creen que a pesar de toda la complejidad de la "situación operativa" en el país, provocar la ira de los agricultores sería suicida. Parece que el apoyo de la población de las regiones agrícolas en Afganistán es muy importante para los estadounidenses y por eso si durante alguna operación especial o de un bombardeo humanitario, que Alá no lo quiera, se destruyen las cosechas de los agricultores los "democratizadores" pagarán una compensación de 1500 dólares por hectárea.
– Por supuesto que esta compensación no recupera las pérdidas – dice Said. – El costo de la cosecha de una hectárea es de unos 15 mil dólares. Pero todo eso son costos de la producción considerando que en nuestro clima se puede cosechar tres veces al año.
– ¿Acaso no hay organismos de resistencia al negocio de la droga?
– Sí que hay – sonríe maliciosamente el afgano. – Tenemos la organización de la ONU, United Nations Drug Control Programme, la U.S. Drug Enforcement Administration. Pero más lejos de proclamas y conferencias de prensa conjuntas no tienen más progresos ya que este negocio es rentable para el Occidente. Incluso por motivos de ahorro, los ingresos del tráfico de heroína forman el 80 por ciento del producto interno bruto (PIB) de Afganistán. De esta manera algún día llegaremos a autogestión financiera (se ríe).
- ¿No le molesta el aspecto moral de este negocio?
- Le aseguro que nadie en esta cadena piensa que los adolescentes mueren a causas de la heroína. Cada uno piensa en lo suyo. El agricultor en los pesticidas, los químicos en los reactivos, el transportista en como no ser atrapado... Para Ustedes es una amenaza verdadera pero para la gente que se dedica a eso cada día es un trabajo normal que además trae buenos ingresos.
Cabe destacar que a los EE.UU la heroína afgana llega en dosis homeopáticas. Tal vez por eso los estadounidenses son tan pasivos en Afganistán. En cambio contra la amenaza de drogas más cercana a los EE.UU. la cual es América Latina, Washington lucha muy duro y por ejemplo en EE.UU se dan subvenciones multimillonarias para el desarrollo de herbicidas que destruyen los cultivos de coca en un país soberano extranjero. Al mismo tiempo la destrucción de las plantaciones en Afganistán se ve como una violación de los derechos de los campesinos. En los Estados Unidos dan un plazo de cárcel muy largo por la intención de importar un lote de cocaína al país. En Afganistán la droga se produce a la vista de miles de compañeros armados de EE.UU. ¿Será que de esa droga no se envenenan los adolescentes estadounidenses y por eso la responsabilidad no es tan fuerte? ¿O será que los estadounidenses tienen interéses propios en el tráfico de drogas afganas?
- En los años 90 después de la retirada de Souravi la economía del país se derrumbó por completo y la producción de opio era la única oportunidad de sobrevivir. Había un hambre verdadera en el país - dice Said. - Y antes de la llegada de los talibanes casi cada laboratorio tenía su supervisor estadounidense. Era una especie de consultor, a través de él se realizaba la comunicación entre los proveedores y compradores.
- ¿Y ahora?
- Ahora es una estructura autosuficiente, - explica de forma confusa el afgano. – Lo bueno es que no molestan. Al final necesitan recursos para construir los bungalos en Florida.
La fuente del río de heroína
Por supuesto que no hay evidencia directa de la participación de los militares de EE.UU en el tráfico de drogas aunque hay más que suficientes evidencias indirectas. En el mayor punto de tránsito de la heroína en Europa, Kosovo, les contarán con mucho gusto como se usan los aviones de transporte militares de los Estados Unidos. Un ex empleado del Departamento de control de drogas de la ONU nos contó en Kabul como fue todo a mediados de los 2000: "Los aviones de carga realizaban 800 vuelos a la semana de Afganistán a las bases europeas. El mando de la Fuerzas internacionales de asistencia a la seguridad, se hacían los de la vista gorda frente a esta actividad, de hecho había todas las razones para suponer que los transportes militares se uzaban para el contrabando de heroína al Viejo Mundo. Un punto de transbordo se encontraba en la base Incirlik de las Fuerzas Aéreas de EE.UU. El segundo y más grande en Kosovo. Hasta 100 toneladas se transportaban a través de los objetos militares de la OTAN en Polonia, Rumania y Bulgaria. Aunque por supuesto no es tanto en comparación con el tráfico principal. No creo que desde el 2006 cuando me retiré haya cambiado algo además no veo sentido en comprometerme. El sistema está construido perfectamente. Ahora es más fácil controlar las "redes"de la heroína “sentarse a descansar” y recibir dividendos y eso es lo que están haciendo precisamente los estadounidenses".
Para comprender como está organizado el tráfico moderno de drogas de Afganistán nos dirigimos a una de las plantaciones de amapolas cerca de Kunduz. Le pedimos a Said que nos organizara dicha excursión. Él dudó largo tiempo hasta que no le dijimos: "Entendemos que no es su plantación. Sólo que Usted conoce a a la persona que conoce al comandante que está a cargo de esos campos. Sólo queremos ver el campo de amapolas. Dicen que es hermoso". Said con una sonrisa apreció la ambigüedad oriental de nuestra demanda. Y nos ofreció acompañamiento por dos hombres armados.
Salimos a la plantación en la madrugada fuimos recogidos por una "Toyota Hi-lux". Hay miles de estos coches por aquí, nuestros acompañantes no temían a los puntos de control estadounidenses, además que son pocos en las carreteras fuera de Kabul y las patrullas del ejército de Afganistán no se interesaban por nosotros tampoco sobre todo porque dos hombres en camuflaje que ya no eran muy jóvenes eran los que estaban sirviendo de guardias ese día. Said no reveló los detalles de la ruta. Lo único que pudimos identificar fue que el coche se dirigía hacia Kunduz. Al subir a las montañas a unos miles de metros giramos a una de los numerosas quebradas ocultas de la invasión de los extraños por un kishlak (choza) pequeño cuyos residentes controlaban un camino de tierra bien cuidado. Nos explicaron que la quebrada es una pasante y a través de ella transportan "bienes". La única desventaja es que en uno de los puntos de la ruta hay que descargar los "bienes", llevarlos en las manos y luego cargarlos de nuevo al coche pero lo bueno de esto es que es un camino para los "suyos" y LO QUE TRANSPORTAN lo comprendimos por el contexto cuando nuestro coche empezó a bajar por algún tipo serpentina a un valle enorme. La primera persona que nos recibió fue un pastor con binoculares y una estación radioelectrica.
No podría ser de otra manera. El tráfico de drogas tiene que controlar sus caminos por los cuales fluyen los fertilizantes, precursores y el propio producto. Según los acompañantes en la coalición internacional de las fuerzas militares basadas en Afganistán precisamente los británicos son los responsables por la lucha contra las plantaciones de opio pero parece que hay cosas más importantes.
Los caminos de la muerte
Según el comentario de uno de los ex miembros de la misión rusa del Servicio federal ruso de lucha contra drogas de la misión en Afganistán, los suministros directos de la heroína a Tayikistán no es más que un mito. La "mercancía" generalmente hace una ruta complicada antes de cruzar las fronteras de Afganistán.
En su opinión la persona que puso la producción de heroína en una base industrial solucionó la tarea global de involucrar en la producción y el tráfico de drogas a todo el país sin excepción alguna y hacer el tráfico de drogas casi invencible, vinculando en los ingresos de las drogas a toda la población del país.
Entonces el opio crudo se cultiva EN TODAS PARTES de Afganistán y no importa si son los italianos, alemanes o estadounidenses responsables de la zona en la que se encuentran las plantaciones. Una parte de la materia prima recogida se procesa, otra se queda en forma cruda y se transporta a las fábricas en las provincias de Paktia, Khost, Helmand, Kunar, Balkh, Kunduz. Estuvimos en el principio de la red de heroína que lleva a Kunduz. Después del procesamiento ,el clorhidrato de diacetilmorfina se envía a Kandahar que es un centro de transporte y finanzas. Aquí con los proveedores y transportistas se determinan las siguientes rutas de la droga. Este producto no ocupa mucho espacio y no se empodrece en diferencia a la paja de amapola que puede simplemente pudrirse. Desde Kandahar la heroína se envía a Pakistán, a la región de Chitral donde se encuentran las producciones químicas de precursores necesarios para la purificación y rectificación de opio crudo. El precursor más importante de esa reacción química es el anhídrido acético. Pakistán tiene el monopolio de la producción de este componente y obliga a los fabricantes de la sustancia mantener un contacto constante con este país. El esquema es simple , sin anhídrido acético los cultivadores de amapola quedarían con opio crudo barato pero poco necesario para la gente, por lo tanto precisamente de los suburbios de Chitral empieza el río de heroína caudaloso y navegable que va hacia Sudeste Asiático y los países de CEI y de ahí a Rusia y Europa.
Los campos de amapolas divididos en cuadrados iguales por zonas de riego están como se dice "en el jugo" son de un color verde metálico increíble. Sólo en algunas partes en los bordes brilla el rojo las flores. A causa de este cuadro magnífico de la cosecha madura de la muerte uno de nosotros se olvidó de todos los acuerdos con Said y empieza a sujetar a la cámara un lente angular y uno de acompañantes sin decir nada coge la cámara y la pone en sus rodillas.
Realmente no entendemos bien esta confidencialidad. Un empleado de la Agencia de Control de Drogas del Presidente de Tayikistán nos contaba que cada semana recibía fotos del territorio de Afganistán hechos por el satélite del servicio de inteligencia fotográfica "Cobalto", en donde pone los datos en el ordenador y los procesa con un programa especial. Los campos nuevos que han aparecido los marca. A veces si la calidad de las imagenes es baja chequea la información de las plantaciones nuevas a través de los agentes y lo une todo en una carpeta:
- Mensualmente les entrego un informe final a los estadounidenses, a los británicos y al gobierno de Afganistán pero todo es en vano. Nunca he oído ni siquiera un "gracias". No quiero ni decir nada de los cultivos devastados. El Oriente no se interesa en absoluto en ese problema. Pero fingen que luchan contra la heroína mediante conferencias e informes pero no es mas que una mistificación o sabotaje contra Rusia y Asia Central. La heroína va a través de Tayikistán en tránsito. Pero sé que una persona que aunque sea una vez que haya probado el dinero fácil de las drogas nunca volverá al trabajo honesto. Es la perdición de varias generaciones futuras.
Por unos treinta minutos nos quedamos al lado de una cabina de adobe. Aquí en la sombra están sentadas unas personas en la ropa tradicional afgana. En sus manos no tienen los "Kalashnikov" tradicionales rusos sino las modificaciones de los M16 de EE.UU.
- Es más fácil conseguir los cartuchos de las armas, - explica nuestro guía.
Entendemos que a pesar de todos los acuerdos aquí no estan nada contentos de vernos. Los teléfonos celulares no funcionan en el valle, pero en la cabina según la antena hay una radioestación y nuestro guardía se dirigía allá varias veces para las negociaciones que parece no son nada fácil. Al final nos traen un paquete de fertilizantes de los EE.UU y lo ponen en el suelo. Con señas nos explican que hay que guardar todos los equipos de grabación, con los equipos no pasará nada, nos los devolveran cuando vayamos de vuelta. Guardamos en el paquete las cámaras, los teléfonos y la grabadora de voz. Un guardia de seguridad afgano entabla el paquete en un nodo, quema un poco el nodo con un encendedor y lo pisa con la suela de su zapato. Se llevaron el paquete con nuestros equipos a la cabina y seguimos yendo adelante. A veces el Jeep pasaba por unos tubos de plástico. Parece que han decidido seriamente organizar la irrigación y llevar la cantidad a cuatro cosechas por año.
Pasamos por tiendas con fertilizantes. Cobertizos con bolsas de color azul oscuro en los que florecen las banderas estadounidenses traicioneras. Es una ayuda humanitaria a los agricultores afganos. ¿Acaso en EE.UU no saben que la cantidad de cereales cultivados y los cultivos de cereales en Afganistán, de forma rápida y correcta se aproxíma a cero? Otra señal de la ayuda humanitaria son unos barriles gigantes con tubos de plástico para el riego por goteo etiquetado en Inglés y hebreo. Al final de las plantaciones se encuentra el "laboratorio de drogas". Un hangar de ensamblaje, un montón de envases de vidrio y plástico vacíos y un olor fuerte de anhídrido acético en el aire.
Aquí del opio crudo se produce la tal llamada "lágrima de Alá" que es la diacetilmorfina. Los guías explican que en este valle siempre sembraban amapola aunque hace 20 años la mayor parte de las tierras aquí estuvieron llenas de cultivos de algodón. La materia prima de la amapola se procesaba y con ella se hacían colorantes, era una producción secundaria.
Una hectárea de campo de amapola da el mismo ingreso que 40 hectáreas de cereales por eso los agricultores locales no pensaron mucho en la dirección del desarrollo de su negocio agrícola. A los campesinos los vimos sólo desde lejos, desde la aldea en una de las laderas del valle. Al campo se dirigieron unas máquinas y decenas de personas. En el valle de la drogas comenzó la "fiesta de la cosecha", que a unos miles de kilómetros terminará en una "danza de muerte".
FBII