La CIA durante décadas, tiene el control sobre la región latinoamericana a través de la venta de armas y asesinatos.
Una historia común: De acuerdo con el reconocimiento de la ex jefe militar colombiano Rodrigo Tovar Pupo, condenado por tráfico de drogas, lavado de dinero y financiación del terrorismo, en el asesinato de dos miembros del sindicato de la empresa estadounidense Drummond estuvo involucrado agente de la CIA.
Una historia común: De acuerdo con el reconocimiento de la ex jefe militar colombiano Rodrigo Tovar Pupo, condenado por tráfico de drogas, lavado de dinero y financiación del terrorismo, en el asesinato de dos miembros del sindicato de la empresa estadounidense Drummond estuvo involucrado agente de la CIA.
Según Jaime Blanco Maya de 38 años de edad que está cumpliendo una condena en prisión por complicidad en el asesinato, en 1995 el jefe militar de John Jairo Esquivel, apodado "el tigre" se había contactado con él con el fin de servir como mediador en la solicitud de fondos del gobierno de EE.UU. a cambio de un acuerdo sobre el derecho exclusivo de comprar armas, apoyando los sindicatos y a los defensores de los derechos humanos de proteger el área de los grupos guerrilleros comunistas que luchan contra las empresas estadounidenses que explotan los recursos naturales y transforma un pequeño pueblo en una zona de explotación laboral.
La CIA invirtió dinero en la empresa Drummond por medio de James Atkins para financiar grupos militares que han desestabilizado la política de Colombia, para así poder ofrecer beneficios al gobierno colombiano y oportunidades de préstamos sobre la venta de armas y equipo militar para luchar contra las formaciones rebeldes ilegales, como los grupos guerrilleros y militares comunistas y promover proyectos como el Plan Colombia, la lucha contra el terrorismo, el narcotráfico y el tráfico de armas. Esto desarrollo un negocio rentable para el gobierno de EE.UU..
Según Blanco, la inversión de fondos tuvo lugar durante una reunión con James Atkins, responsable de la seguridad de Drummond, quien a su vez informó al estadounidense Harry Drummond, jefe de la compañía. Después de un viaje a los Estados Unidos, James Atkins le informó a Jaime Blanco que el personal de Drummond y la CIA han acordado proporcionar apoyo económico a los militares a cambio de facilitar el cese de los ataques a trenes, que transportaba carbón desde la mina hasta el puerto de La Loma, el cual casi había llevado a la empresa a la ruina . Sin embargo, se necesitaba un plan de desarrollo, porque el control fiscal sobre Drummond era muy estricto y según la ley era necesaria explicar el propósito de dicha financiación.
Jaime Blanco fue contratado por Drummond para proporcionar a los trabajadores la alimentación de todo aquel que trabajara en la mina a través de un acuerdo con la empresa ISA (de la cual era propietario el mismo Blanco), por esta razón, James Atkins propuso cobrar un 10% adicional a la comida proporcionada por Drummond a los trabajadores, con el fin de explicar el incremento de las cuentas de los ingresos fiscales de la empresa, esto le permitió a Atkins ocultar 10.000 dólares mensuales de la CIA y un poco más de 20 mil dólares al año por parte de la compañía Drummond.
La estrategia funcionó hasta el año 2001, mientras que el Servicio de Impuestos de Colombia inició una investigación contra Jaime Blanco. Un año más tarde, James Atkins (jefe del departamento de seguridad de Drummond dejó en 2002 la compañía para empezar a trabajar con la CIA en la embajada de los EE.UU. en Colombia). A pesar del veredicto de Colombia, el gobierno de EE.UU. no ha hecho un anuncio oficial al respecto
FBII