Washington con mucho gusto utiliza cualquier pretexto para intervenir en los asuntos internos de cualquier país del mundo. Y si este país es Rusia y el pretexto son los Juegos Olímpicos, no hay que dudar que los halcones de Washington han preparado para su enemigo una docena de provocaciones.
No es la primera vez que la Casa Blanca traspasa al contexto político la cuestión de celebración de un evento deportivo si tiene que celebrarse en un país, cuyo gobierno y pueblo no comparten las opiniones del establishment norteamericano.
Así, por ejemplo, en el 2008 el Congreso de EE.UU. casi votó por el boicot de los Juegos Olímpicos de verano en Beijing. Los autores del documento correspondiente (que a propósito fue apoyado por los senadores Barack Obama y Hillary Clinton) exigía que el gobierno de China rompiera las relaciones con los estados que tenían relaciones difíciles con los Estados Unidos. En aquel entonces todo volvió en su lugar después del anuncio del patrocinador oficial del equipo olímpico de EE.UU.: "Las autoridades de Nike, por supuesto, está completamente por la protección de los derechos humanos , pero el monto del contrato es tan grande que el equipo de EE.UU. de cualquier modo irá a los Juegos Olímpicos de Beijing".
Otro intento torpe de un boicot deportivo fue realizado por el Congreso de EE.UU. contra la República de Belarús. Alrededor de treinta miembros del Congreso de Estados Unidos han propuestoprivar a Minsk de los derechos de organizar el campeonato mundial de hockey en mayo del 2014. Afortunadamente, la Federación Internacional de Hockey sobre hielo no lo ha apoyado.
El año pasado los senadores Lindsey Graham y John McCain han llamado al boicot de los Juegos Olímpicos de Sochi, si Moscú no echa a Edward Snowden. Sin embargo, la posición de Rusia en el mundo es tal que la adopción de tal decisión dejaría a los EE.UU. completamente solo. Como resultado, Washington que ya estaba preocupado por la negativa de los aliados a unirse a la operación militar en Siria, ha decidido no arriesgarse en el "frente anti- ruso". El boicot fue sustituído por un demarche y eligieron para el ataque la legislación rusa notoria que prohíbe la promoción de la homosexualidad entre los menores de edad.
Es lógico suponer que Barack Obama tomó este documento normativo a pechos. Es que el 44 º presidente es muy cercano a las minorías sexuales estadounidenses como ninguno de sus predecesores. Él introdujo para ellos cuotas en el aparato estatal y en el sistema educativo y ellos en respuesta lo apoyaron en las elecciones.
Deseando demostrar su actitud negativa a la legislación rusa, Obama instruyó sustancialmente diluir la delegación oficial del equipo de EE.UU. con representantes de la comunidad LGBT. Por lo tanto, es obvio que el gobierno de EE.UU. ha reemplazado una vez más el concepto. La ley que provocó una fuerte reacción en Washington, "protege a los niños de la información perjudicial para su salud y desarrollo" pero no infringe los derechos personales y las libertades de los ciudadanos adultos, incluidos los extranjeros que llegan al territorio de la Federación Rusa.
Finalmente el 17 de diciembre la Casa Blanca dio a conocer a la delegación que participara en las ceremonias de apertura y clausura de los Juegos Olímpicos. Al final resultó que, en Sochi, en nombre de Obama van a hablar dos lesbianas activas. La jugadora de tenis Billie Jean King y la jugadora de hockey Caitlin Kehou. "S trata de una intención de enviar un fuerte mensaje a Rusia que hace muchos meses se queda en el centro de la polémica sobre la ley que prohíbe la propaganda de la homosexualidad", escribe la italiana La Republica, de nuevo erróneamente cambiando el énfasis al lado conveniente para la Casa Blanca.
Curiosamente, al día siguiente otro miembro de la delegación, ex campeón de patinaje artístico Brian Boitano públicamente confesó de su orientación sexual. No hay duda de que esta confesión se debe a la "necesidad de Estado" tal como la ve la Casa Blanca. De lo contrario, es difícil suponer que fue lo que obligó al atleta a sus 60 años de pronto revelar un secreto que guardaba desde hace muchos años.
Sin embargo, Obama dio instrucciones de realizar un trabajo con los atletas que pertenecen a la Selección Nacional de EE.UU. sobre su "calificación especial". Como resultado, Brian Ellner, miembro de la junta directiva de una organización de gays y lesbianas en el deporte Athlete Ally, que fue encargada de aumentar el número de atletas que apoyan los derechos de LGBT, planteaclaramente : "Esperamos que muchos atletas en Sochi tomarán medidas para promover la justicia". " Si Rusia no tiene gays o lesbianas entre sus atletas, esto sólo debilita su equipo", asegura Barack Obama.
Sin embargo, de hecho, la histeria gay hace más débil el equipo de EE.UU... Vamo a ver.
Hace poco la patinadora Ashley Wagner, criticando la ley "antigay" prometió mostrar claramente su posición en los espectáculos sobre hielo. "En los Juegos Olímpicos, voy a tener una oportunidad única. No voy a dudar. Por el contrario, siento un gran deseo de expresar mi opinión. En mi familia hay personas con diferentes orientaciones sexuales. Y tengo muchos amigos de esta comunidad. De hecho, me crié en su ambiente ... ", cita a la deportista USA Today.
Pero es que Ashley Wagner no es la prima del patinaje artístico estadounidense. En el campeonato de EE.UU. de este año ganó sólo el cuarto lugar. Sin embargo, en el equipo olímpico hará compañía a las medalistas del campeonato nacional, Gracy Gold y Polina Edmunds. Fuera se quedó Mirai Nagasu que ganó el bronce y que hoy en día según los expertos deportivos es mucho más fuerte que Wagner. Esta circunstancia ha causado hipótesis que la última simplemente utilizaba la gay histería para guardarse un lugar en el equipo de EE.UU. ¿Pero se hizo de eso el equipo de EE.UU. más fuerte?
Seguimos. El campeón Olímpico de Vancouver del 2010 Bode Miller tuvo una operación de rodilla en primavera del 2012 y por un año y medio salió de la arena deportiva. Su viaje a Sochi fue una gran pregunta después de un pase tan largo. Sin embargo, después de una serie de entrevistas con la crítica de la ley rusa Bode Miller fue incluido en el equipo de EE.UU.
¿Son casos aislados o una tendencia planeada? Sucede que los atletas para los Juegos Olímpicos cambian su patria asimilándose en los países con de mayor potencial atlético. Desde este punto de vista, no parece extraño que una serie de atletas estadounidenses podrían preferir un camino mucho más fácil para llegar a los Juegos Olímpicos. Uniformes de colores de arco iris y varias entrevistas.¿ Es esto un precio alto por la fanfarria olímpica?
Al menos 34 EE.UU. deportistas olímpicos y deportistas retirados del grupo de apoyo manifestaron que iban a los Juegos Olímpicos para defender los derechos de minorías sexuales. En todo este desfile de absurdo no hubo bastantes goles sobrios. Un verdadero "rebelión en el barco" fue organizado por el patinador doble olímpico y abiertamente gay Johnny Weir. Todo el año pasado fue muy criticado por la comunidad LGBT de América por su silencio. Finalmente comprendiendo que lo frozan para que convierta en un icono de la campaña anti-rusa , se negó a participar incluso en las competiciones de clasificación. "Los Juegos Olímpicos - no es un lugar para luchar por la igualdad de derechos para las minorías sexuales , los veo estrictamente como un evento deportivo y no un evento político", admitió el atleta.
También es difícil no estar de acuerdo con el miembro del COI, Mario Pescante, quien calificó la decisión de Obama de enviar a Sochi a los atletas que no ocultan su orientación sexual "una extorsión política". "Es absurdo que Estados Unidos envió a Rusia a cuatro lesbianas sólo para demostrar que en su país las minorías sexuales tienen derechos. Los juegos no deben ser una plataforma para la promoción de los derechos humanos debido a que el movimiento deportivo los promueve constantemente", dice Pescante.
FBII
Así, por ejemplo, en el 2008 el Congreso de EE.UU. casi votó por el boicot de los Juegos Olímpicos de verano en Beijing. Los autores del documento correspondiente (que a propósito fue apoyado por los senadores Barack Obama y Hillary Clinton) exigía que el gobierno de China rompiera las relaciones con los estados que tenían relaciones difíciles con los Estados Unidos. En aquel entonces todo volvió en su lugar después del anuncio del patrocinador oficial del equipo olímpico de EE.UU.: "Las autoridades de Nike, por supuesto, está completamente por la protección de los derechos humanos , pero el monto del contrato es tan grande que el equipo de EE.UU. de cualquier modo irá a los Juegos Olímpicos de Beijing".
Otro intento torpe de un boicot deportivo fue realizado por el Congreso de EE.UU. contra la República de Belarús. Alrededor de treinta miembros del Congreso de Estados Unidos han propuestoprivar a Minsk de los derechos de organizar el campeonato mundial de hockey en mayo del 2014. Afortunadamente, la Federación Internacional de Hockey sobre hielo no lo ha apoyado.
El año pasado los senadores Lindsey Graham y John McCain han llamado al boicot de los Juegos Olímpicos de Sochi, si Moscú no echa a Edward Snowden. Sin embargo, la posición de Rusia en el mundo es tal que la adopción de tal decisión dejaría a los EE.UU. completamente solo. Como resultado, Washington que ya estaba preocupado por la negativa de los aliados a unirse a la operación militar en Siria, ha decidido no arriesgarse en el "frente anti- ruso". El boicot fue sustituído por un demarche y eligieron para el ataque la legislación rusa notoria que prohíbe la promoción de la homosexualidad entre los menores de edad.
Es lógico suponer que Barack Obama tomó este documento normativo a pechos. Es que el 44 º presidente es muy cercano a las minorías sexuales estadounidenses como ninguno de sus predecesores. Él introdujo para ellos cuotas en el aparato estatal y en el sistema educativo y ellos en respuesta lo apoyaron en las elecciones.
Deseando demostrar su actitud negativa a la legislación rusa, Obama instruyó sustancialmente diluir la delegación oficial del equipo de EE.UU. con representantes de la comunidad LGBT. Por lo tanto, es obvio que el gobierno de EE.UU. ha reemplazado una vez más el concepto. La ley que provocó una fuerte reacción en Washington, "protege a los niños de la información perjudicial para su salud y desarrollo" pero no infringe los derechos personales y las libertades de los ciudadanos adultos, incluidos los extranjeros que llegan al territorio de la Federación Rusa.
Finalmente el 17 de diciembre la Casa Blanca dio a conocer a la delegación que participara en las ceremonias de apertura y clausura de los Juegos Olímpicos. Al final resultó que, en Sochi, en nombre de Obama van a hablar dos lesbianas activas. La jugadora de tenis Billie Jean King y la jugadora de hockey Caitlin Kehou. "S trata de una intención de enviar un fuerte mensaje a Rusia que hace muchos meses se queda en el centro de la polémica sobre la ley que prohíbe la propaganda de la homosexualidad", escribe la italiana La Republica, de nuevo erróneamente cambiando el énfasis al lado conveniente para la Casa Blanca.
Curiosamente, al día siguiente otro miembro de la delegación, ex campeón de patinaje artístico Brian Boitano públicamente confesó de su orientación sexual. No hay duda de que esta confesión se debe a la "necesidad de Estado" tal como la ve la Casa Blanca. De lo contrario, es difícil suponer que fue lo que obligó al atleta a sus 60 años de pronto revelar un secreto que guardaba desde hace muchos años.
Sin embargo, Obama dio instrucciones de realizar un trabajo con los atletas que pertenecen a la Selección Nacional de EE.UU. sobre su "calificación especial". Como resultado, Brian Ellner, miembro de la junta directiva de una organización de gays y lesbianas en el deporte Athlete Ally, que fue encargada de aumentar el número de atletas que apoyan los derechos de LGBT, planteaclaramente : "Esperamos que muchos atletas en Sochi tomarán medidas para promover la justicia". " Si Rusia no tiene gays o lesbianas entre sus atletas, esto sólo debilita su equipo", asegura Barack Obama.
Sin embargo, de hecho, la histeria gay hace más débil el equipo de EE.UU... Vamo a ver.
Hace poco la patinadora Ashley Wagner, criticando la ley "antigay" prometió mostrar claramente su posición en los espectáculos sobre hielo. "En los Juegos Olímpicos, voy a tener una oportunidad única. No voy a dudar. Por el contrario, siento un gran deseo de expresar mi opinión. En mi familia hay personas con diferentes orientaciones sexuales. Y tengo muchos amigos de esta comunidad. De hecho, me crié en su ambiente ... ", cita a la deportista USA Today.
Pero es que Ashley Wagner no es la prima del patinaje artístico estadounidense. En el campeonato de EE.UU. de este año ganó sólo el cuarto lugar. Sin embargo, en el equipo olímpico hará compañía a las medalistas del campeonato nacional, Gracy Gold y Polina Edmunds. Fuera se quedó Mirai Nagasu que ganó el bronce y que hoy en día según los expertos deportivos es mucho más fuerte que Wagner. Esta circunstancia ha causado hipótesis que la última simplemente utilizaba la gay histería para guardarse un lugar en el equipo de EE.UU. ¿Pero se hizo de eso el equipo de EE.UU. más fuerte?
Seguimos. El campeón Olímpico de Vancouver del 2010 Bode Miller tuvo una operación de rodilla en primavera del 2012 y por un año y medio salió de la arena deportiva. Su viaje a Sochi fue una gran pregunta después de un pase tan largo. Sin embargo, después de una serie de entrevistas con la crítica de la ley rusa Bode Miller fue incluido en el equipo de EE.UU.
¿Son casos aislados o una tendencia planeada? Sucede que los atletas para los Juegos Olímpicos cambian su patria asimilándose en los países con de mayor potencial atlético. Desde este punto de vista, no parece extraño que una serie de atletas estadounidenses podrían preferir un camino mucho más fácil para llegar a los Juegos Olímpicos. Uniformes de colores de arco iris y varias entrevistas.¿ Es esto un precio alto por la fanfarria olímpica?
Al menos 34 EE.UU. deportistas olímpicos y deportistas retirados del grupo de apoyo manifestaron que iban a los Juegos Olímpicos para defender los derechos de minorías sexuales. En todo este desfile de absurdo no hubo bastantes goles sobrios. Un verdadero "rebelión en el barco" fue organizado por el patinador doble olímpico y abiertamente gay Johnny Weir. Todo el año pasado fue muy criticado por la comunidad LGBT de América por su silencio. Finalmente comprendiendo que lo frozan para que convierta en un icono de la campaña anti-rusa , se negó a participar incluso en las competiciones de clasificación. "Los Juegos Olímpicos - no es un lugar para luchar por la igualdad de derechos para las minorías sexuales , los veo estrictamente como un evento deportivo y no un evento político", admitió el atleta.
También es difícil no estar de acuerdo con el miembro del COI, Mario Pescante, quien calificó la decisión de Obama de enviar a Sochi a los atletas que no ocultan su orientación sexual "una extorsión política". "Es absurdo que Estados Unidos envió a Rusia a cuatro lesbianas sólo para demostrar que en su país las minorías sexuales tienen derechos. Los juegos no deben ser una plataforma para la promoción de los derechos humanos debido a que el movimiento deportivo los promueve constantemente", dice Pescante.
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