Los ciudadanos locales tienen con que comparara, antiguas generaciones aún recuerdan con nostalgia aquellos años cuando el lugar actual de los EE.UU. lo ocupaba la Unión Soviética. "Shouravi gastaba el dinero con prudencia, dice Haji Amanullah Azimi, miembro de la alta cámara (de ancianos) de la Asamblea Nacional de la provincia de Uruzgan. El puerto Salang sigue siendo la principal arteria de transporte del país, y la central eléctrica Naglu provee de electricidad a todo Kabul y a las provincias cercanas. Los estadounidenses están invirtiendo grandes cantidades de dinero, pero aún no han creado ningún proyecto de tal nivel. Shouravi contibuía al desarrollo la industria, daba empleo a la gente, trataban con comprensión el desarrollo económico de Afganistán mientras que la política de EE.UU. es absolutamente irresponsable".
Al mismo tiempo, de acuerdo con diversas estimaciones la asistencia económica a la Unión Soviética durante los años de la "deuda internacional" fue de 15 hasta 30 mil millones de dólares, pero el resultado sigue siendo visible. ¿Por qué los EE.UU no obtienen ningún resultado? ¡Washington lo explica a través de la corrupción! La mayor parte del informe del gobierno mencionado de 240 páginas está dedicado a este tema. El servicio de inspección especial para la reconstrucción de Afganistán (SIGAR por sus siglas en inglés) fue creada en el gobierno de los EE.UU. en el 2008, cuando se hizo evidente que el dinero invertido en el desarrollo de Afganistán desaparecía o sea simplemente era robado.
Aún así, decían los representantes de EE.UU., en el rating de Transparency International Afganistán junto con Corea del Norte y Somalia está entre los tres países más corruptos del mundo. Los primeros resultados de las actividades de SIGAR mostraron que los inversores tampoco son inocentes. Sólo en una de cada cuarta investigación de SIGAR son acusados los afganos. En los demás se mencionan estadounidenses.
"La administración de Obama ha iniciado una campaña de anti-corrupción contra el gobierno de Karzai sin darse cuenta de que sólo el 20 % de los fondos van a través de las autoridades afganas y el 80 % se distribuyen directamente por el Departamento de Defensa, el Departamento de Estado y la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID por sus siglas en inglés ) de EE.UU, afirma la periodista Iman Hassan que trabaja en la embajada de Pakistán en Kabul. No se ha conservado ningún documento que informe cómo se gastaban los fondos en los años del 2001 al 2006 y la mayor parte del resto fue perdida como resultado de "despilfarro, fraude y abuso". Así que el informe de SIGAR claramente culpó a los EE.UU. de la corrupción en Afganistán".
Nuevas tecnologías de corrupción
"Antes de la llegada de los americanos, los afganos no conocían la corrupción en tal magnitud, dice el primer vice-presidente de la Cámara de Comercio de Afganistán Khan Gian Alkozay. Hoy en los esquemas ilegales están involucradas tantas personas que la corrupción está fuera de control. A los afganos los obligan a dar sobornos. A menudo, en las condiciones de obtención de contratos se indica la suma de la tal llamada “comisión”. Y resulta que los contratistas estadounidenses transmiten sus contratos a subcontratistas, luego ellos los transmiten a alguien más, luego otra vez y sólo después el dinero llega a Afganistán. Es decir que un contrato pasa por varias empresas como fachada y cada una de ellas se queda con una cuarta parte de la suma. Y si el costo del proyecto se declara en un costo de $ 100 millones, el 75 % de este contrato es una comisión que reciben los contratistas principales y en el mejor de los casos el 25% se emplea para llevar a cabo el proyecto".
"Es que conseguir un contrato del gobierno de EE.UU. sólo puede hacerlo una empresa registrada en los EE.UU., confirma el director ejecutivo del Comité Público contra la Corrupción (Integrity Watch Afghanistan), Yama Torby. Y cuando el gobierno de EE.UU. da un contrato a una compañía estadounidense, no se preocupa y no revisa quien en realidad va a realizar el trabajo y cuantos subcontratistas serán contratados. ¡Como resultado, los contratistas primarios increíblemente aumentan el precio en más de 10 veces! Si se puede construir un edificio por 200 mil dólares, en el contrato será escrito que ese costo se estima en 2 millones de dólares. Luego tiene lugar el esquema habitual. El contratista primario pasa el contrato al primer subcontratista que lo transmite al segundo y así sucesivamente... Así que tres cuartos del dinero queda en los bolsillos de alguien sin llegar a este país.
Formalmente es difícil quejarse de algo. El valor del contrato se determina por el mercado. ¿Y quienes representan el mercado? Son aquellos mismos contratistas estadounidenses primarios que exageran muchas veces el verdadero costo de las obras. Además, no se excluye la complicidad entre ellos con el fin de monopolizar el mercado".
Ejemplos específicos de este enfoque se presentan en una variedad de investigaciones de SIGAR. Por ejemplo, la construcción de un hospital en Gardez se retrasó por varias razones en el transcurso de dos años lo que no impide que el contratista gaste dinero en expensas corrientes por ejemplo en el combustible que es comprado por 500 dólares por galón mientras que el precio en el mercado es de 5 dólares.
"Se consiguen sólo idiotas, Yama Thorby es una descepción para nosotros. Por ejemplo, recuerdo un caso cuando una dama, soldado del Ejército de EE.UU., hizo cuentas falsas por 1 millón de dólares y fue atrapada sólo porque enviaba a casa dinero en efectivo en paquetes postales. Otro casi similar se vió cuando un estadounidense le pidió al contratista transferir 50 000 dólares a la cuenta bancaria de su esposa y es ahí donde empezamos a ver que el dinero de Afganistán de repente llegaba a la cuenta bancaria de la esposa del hombre que trabaja en Afganistán, probablemente él pensaba que nadie podía encontrar relación entre tales hechos...
En los grandes contratos todo se oculta con más habilidad. Por ejemplo, hace alrededor de un año a uno de los hospitales tenían que suministrar equipos y medicamentos por un costo de 41 millones de dólares. Los médicos contaron que les llegó sólo las mercancías por solo 1 millón. A la historia se unió SIGAR, pero la investigación se ha estancado porque los militares de EE.UU. han perdido ... 6000 documentos donde se explican los movimientos de $ 40 millones.
En otro caso relacionado con el suministro de combustible para el ejército y la policía de unos 700 millones de dólares ¡Los militares estadounidenses quemaron todas las facturas! Estos explicaron sus acciones diciendo que dejando las bases y transferiendo la región al control del ejército y la policía de Afganistán, se tuvo que destrozar la documentación para que nada caiga en manos ajenas. En otras palabras, nunca se encontraron rastros de esos $ 700 millones. También está documentado en los informes de SIGAR hace aproximadamente 8 meses, pero aún asi sin ningún resultado ni respuesta."
Olvidaron pagar
En Kabul se ve un verdadero boom por la construcción, por todos lados se ven nuevas viviendas, centros comerciales. Lo más sorprendente fue ir a una reunión con el jefe de una gran empresa de desarrollo AMIS y encontrarse drente a una puerta maltrecha en una de las peores zonas de la ciudad. "Yo tenía un negocio próspero, oficinas en Kabul y Dubai, pero me arruiné por completo debido a contratos de construcción con el Ejército de EE.UU”, comenzó su historia Mohammed Jonas Veyar. “Los contratos para la construcción de 8 objetos fueron entregados por el Ejército de EE.UU. a los contratistas estadounidenses y aquellos a su vez los transferieron a contratistas afganos. Nos pagaban regularmente los primeros 3 meses, pero luego comenzaron a retrasar los pagos lo que se explicaba por demoras burocráticas pero nosotros continuábamos la construcción por nuestra propia cuenta tomando créditos de proveedores de materiales y equipos. Después de un tiempo, los proyectos fueron detenidos. Los contratistas primarios simplemente desaparecieron con el dinero. En total fueron afectadas alrededor de 40 empresas y perdimos aproximadamente $ 60 millones.
Tuve que vender los equipos de construcción, cerrar las oficinas, incluso vender mi casa para pagar al menos parcialmente a los subcontratistas y trabajadores. Son personas muy pobres, no tienen como alimentar a sus familias. Además, ellos arriesgaron sus vidas. Por ejemplo, en la construcción de un puesto fronterizo en la provincia de Paktia perdí a tres constructores. Los talibanes los decapitaron. Primero enviaron sus cabezas y luego sus cuerpos. Pero continuamos la construcción hasta que el contrato no fue cancelado.
Hicimos un gran trabajo tratando de devolver nuestro dinero, pero fue en vano. La embajada de Estados Unidos respondió que como el dinero lo debía una empresa estadounidense y no el gobierno de los EE.UU., teníamos que ir a Estados Unidos y allí pleitar con el contratista primario. Hemos apelado a SIGAR, pero todo es en vano, son absolutamente incompetentes. Dijeron que considerarían el caso, pero durante los últimos 2 años no nos pueden dar ninguna respuesta clara".
"Hay una gran cantidad de casos de fraude por parte de compañías extranjeras y estadounidenses, confirma el director ejecutivo del Comité Público contra la Corrupción (Integrity Watch Afghanistan), Yama Thorby, pero no podemos llevar a la justicia a los implicados en estos crímenes. Si leemos un contrato común, vemos que "el fiador no tiene la responsabilidad por las obligaciones sociales, financieras y otras del contratista primario". En otras palabras, los problemas del contratista relacionados con la legislación local, no preocupan a los Estados Unidos. Los subcontratistas no tienen ninguna oportunidad real de ganar en los tribunales, ya sea en los EE.UU. o en Afganistán. Es una trampa y muchas compañías afganas cayeron en ella.
Entre ellas resultó Paktin Construction Company, que ganó una licitación para la construcción de un centro regional de recapacitación (RLTC) para el Ejército de EE.UU. por un valor de $ 31 millones. "El esquema criminal aqui es extremadamente simple, dice el jefe de la compañía Rahmatullah Zaland. El contratista primario en EE.UU. gana un contrato, llega al país y contrata a subcontratistas locales. A continuación, el proyecto se detiene y los contratistas primarios desaparecen con el dinero. Los subcontratistas afganos tienen que pagar por el trabajo realizado y los materiales de sus propios fondos. Después de un tiempo los contratistas primarios aparecen bajo nombres diferentes, descongelan el contrato y terminan las obras".
El caso con RLTC confirma esta suposición. Recientemente los trabajos en el sitio fueron descongelados pero fueron realizados por otra empresa. Probablemente el contratista primario va a usar el mismo esquema y va a desaparecer con el dinero tras haber recibido un objeto terminado.
"Todo eso es un juego de altos funcionarios de Estados Unidos y de sus empresas de títeres que juegan con el dinero de los contribuyentes estadounidenses por un lado y con el Gobierno afgano por el otro, asegura el Sr. Zaland. Con la interrupción de los contratos no sólo se ahorra dinero, sino que también se ejerce la presión sobre el gobierno de Karzai. Y cuando Kabul hace concesiones, los estadounidenses reanudan los proyectos, pero como si fuese a realizarse desde el comienzo, y el dinero que se ha asignado para el proyecto anteriormente se va a cualquier otra parte, pero no a Afganistán".
La guerra perdona todo
"El 65% de los fondos para la reconstrucción de Afganistán pasa por el Departamento de Defensa de EE.UU. que está estrechamente vinculado con las empresas del complejo militar-industrial. Estas grandes empresas en gran medida o incluso totalmente dependen de las órdenes del Pentágono, dice Iman Hassan. No es para nadie un secreto que los representantes de los más altos niveles del gobierno de EE.UU. tienen interéses financieros directos en estas corporaciones. El vicepresidente Dick Cheney más de cinco años fue director general de la compañía Halliburton, empresa que literalmente que se hizo rica gracias a la guerra en Irak.
Los mayores proveedores de servicios en Afganistán son compañías de complejo militar-industrial estadounidense tales como DynCorp, Blackwater (Xe Services, ACADEMI) , Lockheed Martin, Northrop Grumman, Raytheon , Louis Berger y BearingPont. Los ingresos de Lockheed Martin y Raytheon dependen casi 100 % de los ingresos de los contratos con el Pentágono. ¡Imagínense cuanto dinero DynCorp recibió del Pentágono en el transcurso de 12 años, si sólo por un contrato para la exterminación de drogas ganó $ 1,8 mil millones! ". Además analizando la calidad del trabajo realizado por estos contratos se puede juzgar que parte de esos miles de millones fue a parar en la culminación de estos trabajos y que parte fue a parar en sobornos.
Esto lo demuestran otros dos ejemplos. Sólo como resultado de las investigaciones realizadas en el segundo trimestre de este año la Inspección Especial para la Reconstrucción de Afganistán fueron cuestionados sobre los dos mil millones de dólares gastados. A su vez, Barack Obama tiene previsto aumentar en 2014 los fondos para la reconstrucción de Afganistán en un 23%, hasta $ 12 mil millones.
FBII